La escultura que rinde homenaje a Alicia Alonso

Probablemente, una de las esculturas más monumentales que existen en La Habana es la dedicada a la prima ballerina assoluta, Alicia Alonso. Ubicada a la entrada del Gran Teatro de La Habana, es una hermosa representación de quien es la bailarina cubana más reconocida en el mundo.

Está hecha de bronce y capta uno de los momentos más emblemáticos en la vida y obra de Alicia Alonso: su representación en el ballet clásico Giselle. Creada por el escultor cubano y Premio Nacional de Artes Plásticas, José Villa Soberón, es la viva representación de una bailarina en plena función. Pero no una cualquiera. Es la bailarina majestuosa, elegante y precisa en su danzar.

La obra, inaugurada en 2018, fue descubierta por la propia Alicia y cuatro niñas de la Escuela Cubana de Ballet. Al decir del doctor Eusebio Leal durante la develación de la escultura, el momento fue único y excepcional y lo definió como el reconocimiento del pueblo a Alicia, que llevó el ejercicio de su vocación a todo el mundo, con sencillez y aplomo, pero con una férrea voluntad, no solo para sostenerse ella, sino también a su compañía.

Es Giselle un ballet icónico del romanticismo en la danza y fue justamente esta obra la que lanzó a la fama mundial a la mítica bailarina cubana. Estrenada en 1841 en la Ópera de París, Giselle es uno de los títulos principales dentro del repertorio del Ballet Nacional de Cuba, dentro y fuera de la Isla. Por eso no es casual que el artista escogiera este clásico para representar a la figura.

Y aunque a Villa Soberón se le conoce por otras esculturas en La Habana como el John Lennon sentada en el parque de 15 y 8 del Vedado en la ciudad, el Benny Moré del Paseo de Prado en Cienfuegos o el Ernest Hemingway en la barra del Bar Floridita en La Habana Vieja, sin dudas, la de Alicia Alonso es una de sus más grandes creaciones.

Otra obra que hace de La Habana una ciudad aún más especial en sus casi 500 años.  

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