En el mundo solo existen pocas cámaras oscuras y La Habana tiene una de ellas, en lo que se considera la única en toda América Latina y El Caribe. Ubicada en la cúpula de una de las edificaciones construidas alrededor de la Plaza Vieja, el edificio Gómez Vila, es sistema antiquísimo que resulta muy atractivo.
Al igual que las existentes en España, Inglaterra, Portugal y Estados Unidos, la Cámara Oscura del Centro Histórico, se basa en el fenómeno óptico que se produce al captar lo que ocurre en el entorno del edificio gracias al efecto de la luz que se refleja en un periscopio ubicado a 38. 6 metros de altura. El equipo está dotado por un juego de lentes y espejos que reflejan todo lo que sucede en los alrededores en una blanca pantalla cóncava que mide 1.80 metros de diámetro. El equipo refleja lo que sucede en un radio de hasta 5 Km y en un paneo de 360 grados.
Única de su tipo en Cuba, la Cámara Oscura de La Habana fue abierta al público en 2001 y fue una donación de la Diputación Provincial de Cádiz a Cuba. Fue construida por una compañía inglesa la cual se basó en el diseño original de Leonardo Da Vinci, quien sentó las bases de la primera cámara oscura que existió y que fue en el siglo XV.
Es otra manera de ver, en pocos minutos, fachadas, calles, azoteas, construcciones emblemáticas de la ciudad, sitios alejados como Casablanca, al otro lado de la bahía habanera, edificios del Vedado y Centro Habana, los restos de la antigua muralla de La Habana, la Terminal de Trenes, la Lonja del Comercio, el Capitolio Nacional, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, el Paseo del Prado, el Malecón, la Catedral, la Iglesia Ortodoxa Rusa o la escultura El Cristo.
Hoy en el edificio, además del novedoso sistema, radica desde 2002, la inmobiliaria de la firma Fénix. Cada día de la semana, los visitantes pueden llegar hasta la Cámara, la cual brinda servicios de visitas guiadas en idioma español, inglés, francés e italiano.
La visita es por el precio de 1.00 CUC (menos de un Euro) para los visitantes foráneos mayores de 12 años. Los niños entran gratis. Un antiguo ascensor nos traslada hacia la torre, donde además de encontrar la Cámara Oscura, hay una cafetería y una gran terraza que ofrece una vista de la ciudad, el Puerto de La Habana y la gente.