Dolor y gloria, del director manchego Pedro Almodóvar, fue la gran triunfadora de la 34 edición de los Premios Goya, celebrados este fin de semana en Málaga. Aunque estaba nominada en 16 categorías, finalmente se llevó siete estatuillas, entre ellas las de mejor película, director y guión original.
La otra triunfadora fue Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar, con cinco premios (17 nominaciones). Mientras que las también favoritas La Trinchera infinita, O que arde e Intemperie se fueron a casa con dos Goya cada una.
Una vez más, Sílvia Abril y Andreu Buenafuente presentaron la gala, que tuvo lugar en el Palacio de Deportes Martín Carpena y se transmitió en vivo por el canal 1 de la Televisión Española. Más de tres horas de espectáculo que fue seguido, de media, por tres millones y medio de espectadores.
La gran fiesta del cine español empezó bien arriba, y el primer Goya ya fue emotivo: la Actriz revelación de 2020 fue para la gallega Benedicta Sánchez, de 84 años, por su papel en O que arde, de Óliver Laxe.
“La vida te da sorpresas y esta es una muy grande en toda mi larga existencia", dijo la mujer, que encarnó a la madre de Amador, un hombre que vuelve a casa tras cumplir condena por haber provocado un incendio. La historia sucede en una aldea perdida de las montañas lucenses, donde la vida transcurre al ritmo sosegado de la naturaleza… hasta que un fuego violento arrasa la zona y todo cambia.
El largometraje –el primero en idioma gallego en llegar a ser nominada como la mejor película en los Premios Goya-, también se llevó el galardón a Mejor Dirección de Fotografía (Mauro Herce).
Por su parte, el Goya para el mejor Actor revelación fue para Enric Auquer, por Quien a hierro mata; y el de Efectos Especiales para Mario Campoy e Iñaki Madariaga, por El hoyo (The Platform).
La mejor Canción Original fue Intemperie, escrita por Javier Ruibal e interpretada por otra conocida en los Goya, Silvia Pérez Cruz. La película homónima se basa en la novela de Jesús Carrasco, y la adaptación al cine de Benito Zambrano, Daniel y Pablo Remón les mereció también el Goya al mejor Guión Adaptado.
La cinta, dirigida por Zambrano, narra la conmovedora historia de amistad entre un niño que emprende un viaje a través del desierto huyendo del implacable capataz del pueblo, y un pastor que hace tiempo que vive al margen de la sociedad (la Andalucía de la post-guerra).
La mejor Música Original fue para la banda sonora de Dolor y Gloria, compuesta por el músico fetiche de Almodóvar y el que más premios de esta categoría atesora: Alberto Iglesias. “El cine de Pedro me ha hecho más libre. A todos nos ha hecho más libres, porque cuenta cosas difíciles de contar”, diría Iglesias al recibir su onceno “cabezón”·
La racha de Dolor y Gloria, la más personal de sus obras, continuó con los Goya a mejor Guión Original, Montaje (Teresa Font), Actriz de reparto (para la más veterana de las chicas Almodóvar: Julieta Serrano, 86 años), y Actor Protagonista (Antonio Banderas).
Dolor y Gloria habla de la creación, de la dificultad de separarla de la propia vida y de las pasiones que le dan sentido y esperanza. En la recuperación de su pasado, el protagonista encuentra la necesidad urgente de narrarlo, y en esa necesidad, encuentra también su salvación.
En la actuación, que le ha merecido su primer Goya (aunque tenía ya el Goya de Honor), Banderas encarna a Salvador Mallo, que no es más que el propio Almodóvar, supuestamente un cineasta en el ocaso de su carrera…; en la cinta es difícil saber qué separa la ficción de la vida real, qué ha vivido y qué se ha inventado el más internacional de los directores de cine españoles y el que mejor ha retratado la realidad de este país.
“Tenía que encontrarme contigo para llegar hasta aquí. Los mejores trabajos los que he hecho contigo”, declaró emocionado Banderas, cuatro décadas de relación y 8 películas después, al recibir su Goya, que llega tras estar nominado en cinco ocasiones y cuando se cumplen tres años de su ataque al corazón.
Más tarde, cuando se supo que la representante de España en los Oscar 2020, en la categoría de Mejor Película Internacional, era también la mejor película del último año, Almodóvar subiría al escenario para reafirmar que seguirá creando: “El cine es la experiencia más importante de mi vida, no percibo la vida sin seguir rodando. Me siento igual que cuando hice Pepi, Luci, Boom y otras chicas de un montón (1980)".
Por su parte, el drama histórico de Amenábar, Mientras dure la guerra, le valió a Eduard Fernández su tercer trofeo, esta vez como mejor Actor de Reparto, por encarnar a Millán Astray. A este premio se sumó el de la Dirección Artística de Juan Pedro de Gaspar, la Dirección de Producción de Carla Pérez de Albéniz, el Maquillaje y Peluquería de Ana y Belén López-Puigcerver y Nacho Díaz, y el Diseño de vestuario de Sonia Grande.
Mientras dure la guerra nos traslada a la España de 1936, cuando el célebre escritor Miguel de Unamuno decide apoyar públicamente la rebelión militar (liderada por Francisco Franco), que promete traer orden a la convulsa situación del país. Inmediatamente es destituido por el gobierno republicano como rector de la Universidad de Salamanca. La deriva sangrienta del conflicto y el encarcelamiento de algunos de sus compañeros hacen que Unamuno empiece a cuestionar su postura inicial y a sopesar sus principios…
La trinchera infinita es otra cinta que retrata la España de postguerra y las heridas que dejó el Franquismo: “Higinio y Rosa llevan pocos meses casados cuando estalla la Guerra Civil y la vida de él pasa a estar seriamente amenazada. Con ayuda de su mujer decidirá utilizar un agujero cavado en su propia casa como escondite provisional. El miedo a las posibles represalias, así como el amor que sienten el uno por el otro les condenará a un encierro que se prolongará durante más de 30 años”.
La primera historia de ficción en castellano y fuera de Euskadi del trío formado por Jon Garaño, Aitor Arregui y José Mari Goenaga, le dio a la sevillana Belén Cuesta el Goya a mejor Actriz Protagonista, y el de Mejor Sonido a Iñaki Díez, Alazne Ameztoy, Xanti Slavador y Nacho Royo-Villanova.
El Goya a mejor Dirección Novel fue para la debutante Belén Funes, por La hija de un ladrón y el de Película de Animación para Salvador Simó, por Buñuel en el laberinto de las tortuga.
La mejor Película Europea fue la francesa Los miserables, ópera prima de Ladj Ly; mientras que la argentina La odisea de los giles, de Sebastián Borensztein, obtuvo el galardón en la categoría Iberoamericana. También fue premiada la cinta documental Ara Malikian, una vida entre las cuerdas, de Nata Moreno.
Entre los cortometrajes, recibieron Goyas: Suc de Síndria, de Irene Moray (Ficción), Madrid 2120, de José Luís Quirós y Paco Sáez (Animación) y Nuestra vida como niños refugiados en Europa, de Silvia Venegas Vengas (Documental).
En esta edición, el Goya de Honor fue para la cantante y actriz malagueña Pepa Flores, la mítica Marisol, quien lleva muchos años fuera de los focos y, como se esperaba, no asistió a recoger el premio, que le han llevado a su retiro sus hijas María, Celia y Tamara.
2021: Año Berlanga
Y en el tradicional discurso del director de la Academia de Cine, Mariano Barroso, anunció que “el 2021 será el Año Berlanga, para celebrar el centenario del nacimiento de uno de nuestros padres. Lo que, de paso, nos ayudará a entender algunas de las cosas que vivimos en nuestro país últimamente, y a conocernos un poco mejor”.
El presidente de la institución también resaltó las buenas cifras de asistencia a las salas en el último año: el segundo mejor dato de la pasada década, con películas taquilleras como Padre no hay más que uno, Lo dejo cuando quiera y Si yo fuera rico; así como los reconocimientos internacionales conseguidos por el cine español: los premios en el Festival de Cannes para Antonio Banderas, Oliver Laxe, Albert Serra; para Marta Nieto, la protagonista de Madre, en el Festival de Venecia; la nominación a los Globos de Oro, a los BAFTAS, y al Oscar de Dolor y gloria; y la elección de Buñuel en el laberinto de las tortugas como mejor película de animación europea…
En su discurso también reivindicó a los profesionales del cine español, muchos de los cuales se enfrentan al desempleo, la precariedad y la poca visibilidad. “Guionistas, sonidistas, operadores de cámara, maquilladores… no son famosos. Pero son imprescindibles. Sin ellos no hay historias que contar”, afirmó.
Barroso cerró su discurso defendiendo que “nuestra definición de éxito es contar historias con las que nuestro público se identifique. Viva donde viva y piense como piense. Compartir preguntas para las que, quizás, no tenemos respuesta. Romper prejuicios, clichés y estereotipos. Reflexionar sobre lo que nos pasa, desde la carcajada, o desde la emoción. Para eso estamos aquí, no para ser famosos. Como nos enseñó Pepa Flores, que encontró su éxito personal cuando renunció a la fama”.
En portada: Almodóvar, el gran triunfador de la 34 edición de los Goya