Por: Taissé Del Valle Valdés
Para unificar a la mujer dramaturga a nivel mundial e insertarla en el universo de esta expresión se estará desarrollando hasta el próximo diez de junio el VIII Festival Internacional de Teatro Femenino de La Habana. Con la dramaturga italiana Alina Narciso como directora, se establece un puente de intercambio cultural entre creadoras de ambas naciones.
A la cita asisten más de diez países, entre ellos Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Guatemala y España. Lo que sucede por estos días en los teatros habaneros no es solo la fisonomía de un festival, sino la de un evento que se prepara con dos años de antelación, que incluye un concurso, del cual las obras ganadoras por país más tarde son traducidas y publicadas. Es un proyecto que culmina con varias puestas en escena a cargo de compañías profesionales de teatro.
Este evento nació en Barcelona en 1999 con el título La escritura de la/S diferencia/S, en colaboración con la Sociedad General de Autores y Editores de España. Hoy son muchas las mujeres que se suman a la convocatoria. A Alina Narciso le llama mucho la atención de que un evento de tal magnitud como este se conozca poco en Cuba, mientras en el mundo tiene una gran connotación. Este octava edición está auspiciada por el Centro de Teatro de La Habana, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y la Compañía Teatral Metec Alegre.
En esta ocasión, la Fundación Ludwig de Cuba acogió en su bella sede a los participantes e invitados para participar de una alegre mezcolanza entre tres elementos culturales: vino, teatro y música, aunque no en ese orden. En primer lugar disfrutamos del desmontaje de dos piezas. La primera de ellas se titula Un esercito di uomini de la escritora Bruna Braidotti y la segunda En las manos de Anna de Marinella Manicardi. Bruna Braidotti nos propone una historia anecdótica sobre el mercado de la prostitución italiana durante la I Guerra Mundial. Pone de manifiesto la dicotomía libertad o límite y los enrevesados juegos de poder hombre versus mujer. Y nos hace cuestionarnos ¿hasta dónde llega mi poder sobre el otro?
El vino y la música, los otros dos elementos de la cita llegaron juntos y nos encontraron conversando con Alina Narciso en un verdadero juego de palabras “la mujer no tiene una diferencia definida en su escritura con respecto al hombre. Ellas hacen su arte desde todas las maneras de su sentir. Ahora bien, el hecho der ser mujer ofrece un diferente punto de vista en la escritura”, concluyó la dramaturga.