Tras 12 años juntos, una de las parejas más rutilantes de Hollywood: Brad Pitt y Angelina Jolie, conocidos en la farándula como “Brangelina”, se han separado dando pie a uno de los cotilleos más explotados en los últimos tiempos. Fama, dinero y amor son los combustibles que crean las historias para las “revistas del corazón”.
Aquello que comenzó en los sets de filmación de la película Mr. & Mrs. Smith, allá por el año 2005, cuando todavía Brad Pitt estaba casado con Jennifer Aniston, era Amor (con mayúscula). Desafortunadamente, “el amor se acaba”, como dicen por ahí. Y lo que fue “Brangelina” todos esos años, terminó estrepitosamente.
Dicen que fue Angelina Jolie quien le pidió el divorcio a Brad Pitt. Que fue por “diferencias irreconciliables” y, entre otros argumentos, se refirió “al método de crianza de él”. La pareja tiene 6 hijos: 3 adoptados y otros 3 biológicos. Se casaron en 2014, tras “un tiempo para conocerse mejor” y “fueron felices” (al menos eso perecía).
Disgustos, lágrimas y suspiros más tarde, vino la división del patrimonio. Y ahí fue que Brad Pitt, angustiado, no quiso ni que le tocarán sus fabulosas motocicletas, una colección de clásicas con más de 20 modelos, varios de ellos extremadamente valiosos. Por su parte, Angelina Jolie colocó a sus 6 hijos bajo su falda, como las gallinas hacen con sus polluelos.
Pero esto no va de amoríos y desengaños, sino de Rodar con Arte, como lo hace Brad Pitt con sus motocicletas, y a ellas me referiré. Empiezo con la espectacular BMW R75 con sidecar, utilizada por los nazis en la II Guerra Mundial, para múltiples misiones, incluidas las de reconocimiento en el campo de batalla. Pitt pagó 385 mil dólares por ella.
Otra de sus motos es la Ecosse Titanium Series FE TI XX, de la cual solo se han fabricado 13 unidades. De configuración naked, se caracteriza por su exclusividad. Está motorizada con un propulsor de 2 409 cc y 225 CV. Su costo es de 300 mil dólares la unidad.
Los modelos Monster de Ducati llevan más de tres décadas de éxito. Brad Pitt tiene, por supuesto, una Ducati Monster (italiana) como un elemento deportivo de su colección. Es una naked de aspecto agresivo, diseñada por el argentino Miguel Ángel Galluzzi. Cuentan que cuando el director técnico de Ducati la vio, dijo: “esta es la motocicleta que Marlon Brando escogería hoy para su película The Wild One”.
También italiana es la MV Agusta Brutale 910 que tiene Brad Pitt en su flota. Dispone de un motor de 909.1 cc que da 133 CV de potencia. En su catálogo comercial, se recomienda para: “los conductores ávidos de las sensaciones fuertes”. Y no podría faltar en esa magnífica colección, una de las clásicas británicas: Triumph, particularmente si está ligada a la Historia del Cine.
Se trata de la Triumph Trophy TRG, una moto de culto desde hace tiempo, fabricada entre 1956 y 1973. La motocicleta usada por Steve McQueen en el filme La Gran Evasión, de 1963 (Rodar con Arte, Las Motocicletas de Steve McQueen), que en su época fue un éxito comercial, particularmente en los Estados Unidos. Brad Pitt disfruta cabalgándola.
La flota cuenta, además, con motocicletas personalizadas, como la Zero Engineering, obra del artista japonés Shinya Kimura, quien fabrica motos con estética impactante, mecánica revolucionaria y un diseño minimalista. Sus motos son diferentes, aunque homologadas. Con una de ellas, Brad Pitt sufrió un accidente, sin consecuencias.
Y hay más: Harley Davidson e Indian, norteamericanas… Lo que no tengo es más espacio y no deseo que esta historia se haga infinita. Aquí los dejo con el naufragio de “Brangelina” y las motocicletas sobrevivientes. Hasta el próximo año 2020. ¡Felicidades!
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