Florece La Rosa de Jericó

La cantante cubana Ivette Cepeda, Premio Excelencias Cuba, está de estreno con su nuevo disco: La Rosa de Jericó. En cada una de las canciones que componen esta producción, se esconde una historia, una cara, un recuerdo.

Vea además: Ivette Cepeda: Miles de latidos compartidos en el Karl Marx

De trabajo duro, calificó Ivette esta producción: “Hemos trabajado para sembrar algo en las personas que nos escuchan. Somos parte de una generación que necesita muchas palabras para poder seguir adelante. Necesitamos tener pistas de cuál es la ruta de la vida”.

Y es que, desde Fue tal vez, de la autoría de Yhosvany Palma y sencillo que deviene homenaje a la entrañable actriz cubana Boroselianda Hernández, pasando por Un buen bolero de Ireno García; Árboles raros de Carlos Varela y hasta la Evocaciones de Polito Ibáñez, todo el fonograma nos llega justo como su intérprete lo ha pensado: como guía.

En charla muy amena, la vocalista cubana nos cuenta el arduo camino seguido para materializar finalmente esta producción bajo el sello Bis Music. En 2018 Ivette necesitaba nuevos retos, sin alejarse de la canción de autor que es su preferida, quería más. Así empieza el largo proceso hasta que en plena pandemia de la Covid-19 “me nace un hijo”: La Rosa de Jericó.

Cada una de los 12 temas que componen esta Rosa encierra una anécdota. La selección de las canciones, el cómo se grabaron los instrumentos, dónde se mezclaron y masterizaron, quién es el responsable… todo ello da pie para una larga conversación con Ivette que se emociona hasta las lágrimas, evocando historias.

Un disco muy especial

La Rosa de Jericó llega en una etapa difícil para la humanidad. El impacto de la Covid-19 desde marzo de 2020, puso en pausa sueños, o nos hizo soñar de un modo diferente. Muchos detuvimos ideas que, de momento se antojaban imposibles de realizar, en cambio otros, como Ivette Cepeda, dieron rienda suelta al sueño y crearon.

Más de un año de trabajo junto al ingeniero de sonido y productor independiente, el norteamericano Doug Sarrett, dueño de Uno Más Studio, se detenía, justo como lo hacían los viajes en el mundo; Sarret no puede seguir viniendo a Cuba. ¿Se detenía también el sueño?

No, quiso Dios, como nos diría Ivette, creyente hasta la médula en Él, que el director del proyecto Mónica Mesa, Joel Domínguez, se ofreciera a ayudarla. Convirtiendo su casa en un estudio, como muchas otras veces lo había hecho, Domínguez, Ivette y el Grupo Reflexión comenzaron lo que serían tres meses de trabajo y encontraron lo que, hasta el momento, le faltaba al disco: “Ese traje para vestir nuestra conciencia de cubanía. El traje de conga, el de guaguancó”, nos dice y su cara refleja toda esa felicidad que siente.

Así nace La Rosa de Jericó. Otras muchas anécdotas pudieran comentarse. Sin embargo, al hacerlo, perderíamos la magia que nos llega al descubrirlas en cada uno de los 12 temas de este disco.

Descubrir nuevas canciones en cada arreglo musical y entender que Me va la vida en ello cada día porque Llegas, En la llovizna con Un buen bolero, con ese Regalo No. Uno y las Evocaciones nos hacen saltar las lágrimas para sentir que Fue tal vez, esa Nana del adiós la que nos hizo recordar que Como en la lluvia, viviremos Ayer y hoy enamorados, y renaceremos, bajo la sombra de esos Árboles raros, como La Rosa de Jericó.

Gracias Ivette Cepeda.

Le puede interesar: 

Con permiso de Ivette Cepeda