El Palacio de Lombillo —Plaza de la Catedral, La Habana Vieja— acoge por estos días la exposición Ciudades patrimoniales cubanas, del fotógrafo Julio Larramendi, un homenaje del artista al décimo aniversario de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, que, al decir del Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, quien presidió la inauguración de la muestra, surgió con el objetivo de «trabajar cada vez más unidas las Oficinas del Historiador y del Conservador que laboran con gran empeño en nuestro país. Era necesario, vital, crear las condiciones para que esta idea cobrara vida. Aprender de nosotros mismos, intercambiar nuestras experiencias resultaba una premisa fundamental. Estábamos seguros de que cada una de ellas se enriquecería enormemente con los fértiles intercambios».
El artista del lente tuvo palabras de encomio hacia la labor que desarrollan estas oficinas, y elogió a las de Matanzas y Cienfuegos. La primera de estas villas celebró recientemente su aniversario trescientos veinticinco con una ardua labor de restauración de edificaciones y espacios sociales. La segunda se apresta a conmemorar, en abril de 2019, su cumpleaños doscientos, e igualmente se rejuvenece.
«Colocamos entre tres y cinco fotografías de cada una de las ciudades y logramos hacer una curaduría sabia con recursos en función de la calidad: la impresión, los catálogos, las banderolas… Celebramos de una manera digna no solo el décimo aniversario de la Red, sino el esfuerzo extraordinario que historiadores y conservadores, y sobre todo el pueblo de cada una de estas ciudades hace para que luzcan como fueron en su momento», destacó Larramendi.
La presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, Gladys Collazo, menciona en el catálogo de la muestra las diferentes acciones que desde hace más de cuarenta años ha emprendido el Estado cubano en aras de crear una conciencia sobre el valor de estas ciudades para la cultura de la nación, y de la contribución de exposiciones como esta a los esfuerzos en materia de conservación patrimonial. «Esta exposición —apunta— reúne imágenes diversas de estas ciudades, de su actualidad, de las acciones que se llevan a cabo para la conservación de su aspecto urbano; es testimonio de la adecuación funcional de los espacios a la vida moderna y del mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes. Estas imágenes son muestra también de que la conservación de las ciudades, y particularmente de su centro histórico, es parte de la política general de protección del patrimonio de nuestro país».
Julio Larramendi (Santiago de Cuba, 1954) es graduado de la Licenciatura en Química de la Universidad de La Habana en 1980, y obtuvo el título de doctor en Ciencias Técnicas. Fue fundador y primer director de la Cátedra de Fotografía Latinoamericana del Instituto Internacional de Periodismo de La Habana y dirigió la revista Afro-Asia International Markets. Ha impartido conferencias y talleres en Cuba y otros países del mundo, y sus fotografías han sido expuestas en países como Francia, España, Estados Unidos, Argentina, Italia y México. Ciudades patrimoniales cubanas es un escalón más del artista en el trabajo que desde hace varios años viene realizando a partir de la relación entre arquitectura y paisaje, muy a tono con la labor de una década de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba. Como bien dice Leal, «cada ciudad, bella y singular, constituye orgullo de la nación, y ello lo confirman las elocuentes imágenes de Julio Larramendi, quien tiene el privilegio de traspasar con aguda mirada los muros pétreos, escuchar el canto de las criaturas del monte e imbricar arquitectura y paisaje en un diálogo fecundo».
