Por Jorge Fernández Era
Con la asistencia de más de trescientas personas fue inaugurada en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, contiguo a la Plaza de la Catedral, la exposición Des-Concierto 9. El banquete, del artista Adonis Ferro, con curaduría de Dannys Montes de Oca y José Manuel Noceda. La muestra, que estará abierta hasta el 13 de junio, tiene como marco referencial El banquete, diálogo de Platón sobre el amor escrito alrededor del año 380 antes de nuestra Era y que conformara, junto a otra de sus obras, Fedro, la noción de «amor platónico».
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Adonis Ferro (La Habana, 1986) es de esos artistas a los que es difícil clasificar en una manifestación precisa, pues en su quehacer todo cabe; así lo ha demostrado en espacios como la galería Galiano, la Servando, el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales y la 12 Bienal de la Habana 2015. En esta última fue invitado a la muestra colectiva Entre, Dentro y Fuera, curada por Dannys y por Royce W. Smith.
«Desde que la Muestra de Jóvenes Realizadores 2013 del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos ―nos dice Montes de Oca― le exhibiera como invitado especial, no ha dejado de experimentar dentro de una unidad convergente de medios, contenidos e interpretaciones diversas de lo real. Pero a esta vocación le anteceden su formación en terrenos tan disímiles y fértiles como los estudios de piano, el entrenamiento dentro de la música experimental, su graduación en el campo de las ciencias informáticas y varios años de preparación autodidacta dentro de la pintura, el dibujo, el objeto-obra, la instalación, la escritura poética y/o poesía visual, la fotografía, el video, el cine experimental, el uso de los nuevos medios tecnológicos y hasta la perfomance en su sentido actoral». En esto último consistió precisamente la inauguración, que tomó como centro el patio central de la edificación del Centro Histórico y convocó para su realización a actores, músicos, ingenieros de sonido, luthiers, vestuaristas, técnicos de luces, realizadores de audiovisuales…, en un des-concierto singular.
«A la manera de un cubo de Rubik ―apunta Noceda―, Ferro asume casi todo tipo de estrategia representacional. Traza aleaciones disciplinares entre artes visuales, literatura, música y teatro, sobre todo el posdramático. Y en algún que otro momento apela a los usos de las tecnologías de la comunicación, la internet y las redes sociales, subvierte la vacuidad de datos, mensajes, fotos, videos, comerciales o publicidad circulantes en ellas, para vehiculizar contenidos poéticos. (…) Cada acto tiene su porqué y su identidad definidas: el Acto I: ¡Ah! Hondas ganas, está dedicado a la música y al canto; Acto II: Quería olvidar el gris, tiene su eje rector en la pintura semiabstracta con una perspectiva espacial de trescientos sesenta grados; Acto III: El banquete, eje vertebrador de la propuesta, es totalmente performativo; Acto IV: Sonido invisible para despertar a Platón, es la prolongación del primer acto. El primero de ellos se desarrolla en la planta baja del Centro, mientras los tres restantes ocupan el piso posterior del inmueble. (…) Admirador de Dadá y Fluxus, no es de extrañar que en cada una de sus representaciones, o provocaciones, aflore esa condición irreverente que Adonis Ferro lleva en lo más profundo de su ADN y “desconcierte” siempre a parte de las audiencias. Ahora, a través de un banquete desbordante al que muchos están convidados, pero solo los elegidos pueden disfrutar».