Pablo Milanés canta a La Habana, a su gente

Por: Redacción Excelencias / Fotos: Cortesía de Jorge Villa 

Luego de casi dos años de ausencia de los escenarios cubanos, el cantautor Pablo Milanés volvió con bríos renovados, para ofrecer un concierto único en el teatro Karl Marx, la noche del pasado viernes 7 de septiembre de 2018.

El motivo de la presentación fue el próximo aniversario 500 de La Habana, ciudad que acogió a Milanés con solo cinco años, y que ha sido el principal escenario en su extenso quehacer artístico, que lo ha convertido en uno de los cantautores más emblemáticos de Hispanoamérica en los últimos 100 años.

Le puede interesar: Cantares a La Habana y un concierto de Pablo Milanés

A diferencia de otros conciertos anteriores, para esta ocasión escogió un formato íntimo, construido a partir de un trío de jazz, conformado por Miguel Núñez en piano y teclados, junto al baterista Osmany Sánchez y al bajista Sergio Ravero.

A lo largo de dos horas, recorrió parte de su discografía, intercalando canciones recientes y otras bien conocidas, entre las que se ubican Matinal, La Soldad, Si ella me faltara alguna vez, De que callada manera, Años, Ya se va aquella edad, Cuando lejos estás inalcanzable y Mírame bien.

La primera invitada de la noche, fue la chelista Mariana Núñez, quien, junto a su papá, el pianista Miguel Núñez, acompaño a Pablo en versiones de Nostalgias y Días de gloria.

Poco después, el cantautor Carlos Varela, llegó con su guitarra para interpretar a dúo, la obra Vestida de mar (una de las más recientes composiciones de Milanés) y Los días no volverán (canción muy querida por Pablo, de la autoría de Carlos Varela).

De vuelta a escena con el trío, llegó la siguiente sorpresa del concierto, con la entrada del cantautor Francisco Céspedes, con quien unió voces en La felicidad y Para vivir. En esta última, hicieron levantar al público de sus asientos en una frenética ovación. 

Los últimos invitados de la noche fueron, los trompetistas Maykel González y Roberto García, el saxofonista Emir Santa Cruz y el flautista Idisán Aldana, para participar en cuatro piezas: Amor que cantas la noche (con excelente solo de Maykel González), Regalo (con destaque para Roberto García, esta vez con el fiscorno), Amor (con notas relevantes para Emir Santacruz) y Ámame como soy (con protagonismo de Idisán Aldana en la flauta).

Había transcurrido una hora y media de concierto, ante una ávida multitud que cantaba las canciones incluidas en el repertorio, con tanto ímpetu, como la primera vez que las descubrieron. Es por eso que Pablo reservó No ha sido fácil, Yolanda y El breve espacio en que no estás para el segmento de cierre; brindando mayor participación al canto del público.

Al concluir El breve espacio, el artista se levantó de su silla, y saludó al público, que aplaudía sin cesar, agradeciendo esa mágica noche de canciones. Por ello, decidió agregar un tema más al repertorio, y con ayuda de la cuerda de metales, se despidió del auditorio definitivamente, luego de regalarles la conocida obra titulada Amo esta isla.

Terminaba así, una memorable velada, que afortunadamente quedará inmortalizada para siempre en un audiovisual dirigido por el realizador Alejandro Gutiérrez. 

Los asistentes salieron a la noche habanera, con el alma repleta de emociones despertadas por las canciones escuchadas, fascinados por la renovadora propuesta musical y la excelencia en el manejo de los recursos técnicos (luces y sonido), y deseando, ser convocados dentro de muy pocas horas, para volver a tener el privilegio de seguir cantando junto a Pablo Milanés, uno de esos artistas definitivamente imprescindibles en la cultura cubana.

Vea la Galería de Imágenes