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Un hasta siempre a Enrique Molina
03September
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Un hasta siempre a Enrique Molina

Con el adiós del actor Enrique Molina cierra una trilogía de actores inolvidables, excelentes en su profesión, inseparables amigos y ejemplo de buenos cubanos: Enrique Almirante, Rogelio Blaín y Enrique Molina.

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El tercer día de septiembre despide a uno de los grandes de la escena de la mayor isla antillana: Enrique Molina, un actor para quien cada personaje constituyó un acto de entrega absoluta. Personajes como Silvestre Cañizo en la telenovela Tierra Brava, hizo historia, como ya antes lo había significado su interpretación de Vladimir Ilich Lenin, en El Carrillón del Kremlin.

Para este actor nunca importó si el gran reto de la interpretación incluía un severo aumento de peso o por si el contario, la solución estaba en una ardua dieta; si era necesario someterse a cirugías que determinaran su cambio completo; o mantenerse tal cual y sostener una mirada o una expresión que remedara la locura. El gran reto estaba en que cada aparición fuese única e irrepetible, como si se tratase siempre de un acto teatral.

A su pueblo se debió bajo todas las circunstancias posibles, y como tal, este lo recibió  y lo aplaudió. Premio Nacional de Televisión, Premio Caricato y de Actuar por la  Obra de toda la vida, Enrique Molina fue ese cubano sencillo que más allá de un rol representó la esencia de vivir para y por el arte.

Teatro, televisión y cine fueron los medios idóneos para crecer y en cada oportunidad dejó una huella imborrable, muchas veces solo y otras, muy agradecidas por cierto, tras ese dueto inolvidable con la reconocida actriz Alina Rodríguez.

Es por ello que con este inesperada despedida de su presencia física queda en los cubanos un cordón que lo une a su recuerdo, un eslabón que nunca se romperá, pues fueron muchas las lecciones de altruismo y entrega que regaló este actor que hoy la vida despide. Solo que la historia de la cultura de la Isla le dejó un espacio reservado, un merecido sitio que la muerte no podrá arrebatar. Así que solo queda decirle…. Molina, Hasta siempre.

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