El mayor valor de este importante evento de las artes visuales es su impacto en el público cubano y entre quienes nos estarán visitando hasta el 30 de abril, asegura Rafael González, vicepresidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, institución que auspicia las Bienales de La Habana.
Reconoce González que cuando se confirmó la posibilidad de la X Bienal: “nos encontramos una realidad tremenda que nos ponía a meditar: el país aún viene recuperándose de la acción devastadora del paso de tres fuertes huracanes, lo cual modificó el panorama completo de nuestra nación. Sin embargo, ante la alternativa de prescindir de este gran evento cultural que cumple 25 años, nos pusimos a buscar amigos que apostaran, que conocieran el valor de la cultura cubana; que identificaran el valor de la Bienal para un sector significativo de creadores del Sur”.
“Nos llena de satisfacción haber encontrado una respuesta positiva, lo que nos hace pensar que es un acontecimiento necesario, incluso en momentos en que el mundo padece la agonía de la globalización y vive una gran crisis financiera. Dentro de ese panorama, la colaboración material y humana ha sido la mejor muestra de integración cultural”.
Considera el funcionario que esto se debe en gran medida a que la Bienal de La Habana ha sabido preservar el principio que la hizo nacer, cuando Cuba cumplía 25 años de Revolución.
“Revisamos algunos documentos de antaño y vimos que cuando se convocó la primera edición, en Cuba sólo había 500 graduados de artes plásticas; hoy esa cifra está multiplicada por diez. En los 169 municipios del país hay más de un graduado, mientras los instructores de arte continúan contribuyendo a elevar el nivel de apreciación de nuestra población hacia las artes visuales. Por eso seguimos apostando por esta cita que algunos califican de romántica”.