López Oliva: la poética del desplazamiento
Kirenia Rodríguez Puerto
[…] La declaración de la vastedad del sistema de conocimientos argüidos por el artista, la búsqueda de una pluralidad sígnica en sus obras, y los motivos temático-iconográficos constantes (las máscaras y la teatralidad), junto a la morfología barroca, comprometen –ineludiblemente– las interpretaciones críticas acerca de la creación de López Oliva.
[…] El Caribe y el carnaval han sido los escenarios por excelencia de la máscara en su dimensión cultural y simbólica; desde su acepción primaria como atributo, componente de un atuendo o disfraz hasta su alegoría de la resistencia cultural en la región. […] Las máscaras han devenido motivo artístico con altos valores significantes. Los valores de libertad colectiva, propiciados por las festividades, le atribuyen lecturas asociadas con el travestismo cultural o como atributos para el ocultamiento de verdades subyacentes. […] A su vez, la máscara es también entendida como alegoría de resistencia cultural. La dualidad intrínseca asociada con el individuo portador y con su esencia de ambigüedad o fachada, propicia un modelo de comprensión filosófico-literario de los componentes de la identidad regional caribeña.
[…] Tratadas puntualmente en el Arte Cubano, las máscaras y sus representaciones cobran protagonismo en López Oliva, y reflejan una franja temática poco abordada en el panorama contemporáneo de la isla. En sus propuestas, el Caribe y sus máscaras se muestran desde la percepción filosófica de las esencias humanas, desde la metáfora ontológica; pues como planteara el propio artista: “[…] la realidad es también un carnaval y un teatro.” La máscara no implica el carácter incidental del espacio de apertura o liberación, sino que adquiere la voluntad permanente de existencia y cotidianidad; por tanto, es inherente al hombre. Sus personajes no sólo las portan, también interactúan o prescinden de ellas.
El hombre discurre entre fachadas acorde a los roles sociales y las expresiones vitales. La máscara deviene esencia, más que ornato, aditamento o disfraz y las percibimos a través del prisma de quien las asume como expresión cultural. “En mi caso, mis cuadros no tienen máscaras, sino que sus propios rostros son máscaras; y sí pienso que es misterio, es duda, es aventura, es pasión y también hipocresía, lo más dañino de la especie humana.”
La perspectiva autorreferencial deviene una coordenada analítica importante: la experiencia vital de su infancia, la dualidad artista-crítico o los nexos familiares se expresan como una actitud antropofágica. Su mundo no gira alrededor de la obra, sino que es representado en ella. […]
La Habana, 3 de junio de 2010