“El Caribe no es un mar, es oceánico. Abordar el Caribe como un océano implica refutar su condición insular, fragmentada y desconectada para acercarse a su dimensión continental y reticular. Sus corrientes marítimas abren hacia el Atlántico y otras brechas generadas por nuestra especie lo conectaron indisolublemente al Pacífico. Esta condición continental del Caribe pone en relieve las relaciones coloniales que los archipiélagos tienen con los continentes, los vientos alisios que facilitaron la expansión colonial, y las corrientes terrestres y subterráneas que facilitan el movimiento humano y no humano”.
Comisariado por Carla Acevedo-Yates y Sara Hermann, “La orilla, la marea, la corriente: un Caribe oceánico” es un diálogo sobre historias, memorias e identidades que están en constante flujo, transformación y mutación.
Fotos: @yricardopupo
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