El hallazgo
Bogotá.- Caminar por los amplios pasillos de la Feria de Arte ArtBo 2019 en el recinto Corferias de esta ciudad, con una mirada escudriñadora, tratando de desentrañar “bajo” la piel de las cientos de obras de innumerables artistas que llegan desde todos los confines del mundo, sus historias, realidades, sueños, vida e imaginaciones, es, al final del recorrido, más allá de un enriquecimiento cultural y del espíritu, lógico del contacto con el ARTE, un hallazgo también arqueológico, que abre nuestro conocimiento.
Descubrir, en lo profundo de la obra, la idea clave del artista, la llave que nos muestre sus vericuetos creativos y su verdad, es, como alcanzar la luz. Máxime cuando muchas de ellas exhalan trazos de nuestra identidad, con tintes reflexivos, donde inteligencia/talento/creatividad se unen como un todo para brindarnos esa suerte de brújula que nos indique el camino, nos enseñen quiénes somos, de dónde vinimos y hacia dónde debemos seguir…
Por el recorrido, este año ancho, despejado, minimal, y sobre todo subrayando el buen gusto en el diseño general de la Feria, donde se pueden apreciar/disfrutar las obras expuestas con más claridad de visión, la mirada tropieza de pronto con “regalos” visuales que nos hacen sentir. Y comienza un diálogo intenso y silencioso entre uno y la obra.
Paso a las galerías…
Amén de la elegancia que caracteriza en el tiempo, al stand de la galería El Museo/ galería Fernando Pradilla (Colombia/España), la calidad de lo mostrado es también de alto vuelo artístico. En ese ambiente resalta, entre los trabajos de artistas como Marco Mojica, Edwin Monsalve, Fernando Sinaga, Gonzalo Fuenmayor, Carlos Rojas…, una obra de un creador colombiano que siempre atrapa la atención del espectador: Nadin Ospina. Con un talento e inteligencia natos, desde la década de los 80, el artista pop y pintor, nacido en 1960, trae de la mano unas creaciones donde historia (pasado y presente), humor, ironía y arte se dan la mano de manera singular. La primera impresión ante su obra es de desconcierto, después llega la reflexión… Son esas figuras alegóricas a las culturas precolombinas, talladas en piedras, o madera, que con mucha ironía transforma o “viste” con otras llegadas de la cultura popular estadounidense: Mickey Mouse, los Simpsons, el perro Pluto –nuestra obra en cuestión. Con esa, aparentemente sencilla y hasta simpática obra, Nadin Ospina, puso en la década de los 80 del pasado siglo el dedo en la llaga. Para hacernos reflexionar, arte mediante, sobre una realidad que nos golpea: la cultura de nuestros antepasados indígenas, cimiento de nuestra identidad latinoamericana, es avasalladoramente invadida/pisoteada por otras culturas llegadas del Norte.
De esta forma, con tonos de apropiación toma ejemplos del arte del entretenimiento capitalista, para colocarlos en los iconos del arte sagrado prehispánico latinoamericano, creando un discurso, un nuevo lenguaje del arte reflexivo, de denuncia, social, y hasta política.
De España destaca en posición privilegiada en este foro justo a la entrada, la conocida galería Elba Benítez (Madrid) que acerca una muestra internacional donde sobresalen los nombres del brasileño Vik Muñiz, muy reconocido en los últimos tiempos por sus originales creaciones donde los materiales utilizados –los más inimaginables donde se incluye chocolate, azúcar y muchos más-, son parte intrínseca en su decir, y de los cubanos Carlos Garaicoa y Alejandro Campins, entre otros.
La galería La Cometa (Colombia), destaca nombres cardinales del arte colombiano, ya sea contemporáneo como los maestros. En este caso vale mencionar las piezas del célebre escultor y pintor Eduardo Ramírez Villamizar, eje cardinal del volumen en este país junto con Edgar Negret, y que detrás de sus aparentes frías formas geométricas realizadas en metal va implícita una carga emotiva y sentimental que habla del amor por las culturas antecesoras en nuestras tierras. Se suman las obras del destacado creador de Medellín Ricardo Cárdenas, más contemporáneo y que sobresalen por la belleza estética, los tonos y esas formas caprichosas que toman los hilos de acero, planchas…, en sus manos que se transforman en nubes y nidos de inconmensurable ternura.
Vea también: Artbo 2019. Eduardo Ramírez Villamizar: Imperativos del instinto artístico
Leon Tovar Gallery (Estados Unidos) con su fuerte presencia aquí en cuanto autores, entre otros, Martin Blaszko, Sergio Camargo, nuestro inmenso Agustín Cárdenas, Premios Nacional de Artes Plásticas, el recién desaparecido maestro venezolano del arte cinético y el op art Carlos Cruz-Diez, Jesús Rafael Soto, otro grande venezolano del op art y Víctor Vasarely, resulta un imán artístico que se transforma en un tesoro cultural del mundo, de incalculable valor. Pues, es un espacio dedicado a grandes maestros del arte que dialoga de tú a tú con creadores actuales, y aporta la necesaria presencia en estas lides de aquellos que abrieron los caminos de la creación actual.
Esencia latinoamericana de Fernando de Zcyszlo
Un maestro latinoamericano, el peruano Fernando de Zcyszlo (1925-2017), escultor y pintor, uno de los nombres más destacados de la vanguardia de su país, y figura fundamental del arte visual en el continente, durante toda su vida y obra, abstracta, en un enorme por ciento, abrazó la esencia de nuestro arte, siendo un defensor de nuestra cultura latinoamericana.
Haciendo una radiografía a sus creaciones, algunas de ellas (pinturas) reposan en las paredes del stand de la galería Sextante (Colombia), uno siente que el lirismo de los tonos, salpicado con efectos de texturas y la maestría del manejo de la luz, constituyen claves esenciales de su prolífica obra, pues pintó y expuso hasta el final de sus días, más allá de los años. Al identificar con fuerza, desde sus inicios, los vasos comunicantes de las culturas precolombinas con el decir contemporáneo, el arte de Zcyszlo, expone una vasta cultura/conocimiento que llega desde variados estratos: filosóficos, científicos y literarios.
En sus cuadros, que expuso a partir de 1947 hasta poco antes de morir –la última exposición del artista fue organizada, precisamente por esta galería colombiana que dirige Luis Ángel Parra-, hay muchas evocaciones a mitos, rituales de los antepasados, así como otras cercanas a la hermosa y rica geografía nuestra. En pinceladas/gestos de mares y desiertos se advierten y asocian con algunos emplazamientos sagrados de las culturas prehispánicas, como huellas indelebles del amor y orgullo que el célebre creador profesaba por nuestra cultura latinoamericana.
Como vasos comunicantes, la savia nutricia del arte latinoamericano, pasea por muchos creadores en esta Feria, más allá de generaciones y del tiempo, porque ArtBo es también signo vital de las creaciones de este lado del mundo, llegadas, incluso, más allá de las fronteras del continente, todas portando esa huella que nos une.
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