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Arte y numerología: la apuesta de Alejandro Áboli y María Llanos en Photoespaña 2024
24June
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Arte y numerología: la apuesta de Alejandro Áboli y María Llanos en Photoespaña 2024

Tres números sintetizan buena parte de la esencia del artista madrileño asentado en Nueva York, Alejandro Áboli. Siete, tres, uno marcan su ruta vital desde su nacimiento según la numerología, pero también su obra profesional. Tras varios años de estudio y vinculación con diversas formas de terapia, ha sido esta secuencia la clave para aunar la producción visual más reciente del joven.  Con Siete, tres, uno, Áboli trae por primera vez su arte a Madrid, específicamente a la Galería Nueva del barrio de Lavapiés, como parte de la edición 2024 de PHotoEspaña.

Vea además: El artista madrileño Alejandro Áboli exponen en su ciudad natal

Hasta el próximo 28 de junio abre sus puertas al público la serie comisariada por Carmen Huerta e integrada por las piezas Desolation, Unique y Siete, tres, uno, que da nombre a todo el conjunto. Se completa con la instalación interactiva Vibraciones, hecha junto a María Llanos y Editions de parfums Frederic Malle, a cargo de las fragancias del espacio.

El concepto de esta trilogía le surgió hace algún tiempo al realizador, fotógrafo y director de fotografía. En busca de plasmar su experiencia de crecimiento personal a nivel de conciencia y de motivar, como ha sido premisa de su arte, la reflexión individual y el autorreconocimiento de sus espectadores, creó Unique basada en la técnica del collage fotográfico.

 

obra en la expo Siete, tres, uno

 

Unique

“El desierto que está en las imágenes es un desierto que he construido a partir de este tipo de texturas. He viajado a muchos desiertos y nunca he conseguido encontrarlo. Me valió mucho esa parte un poco técnica de la fotografía en la que también construyes a partir de otros sitios a los que has viajado o donde has vivido, y que tiene algún significado para ti”, explicó Áboli en exclusiva a Arte por Excelencias.

Esta serie es de las tres la más relacionada con los años de terapia espiritual a la que se ha sometido Áboli de la mano de varios especialistas de estas ramas. “Cuando tú haces hipnosis, luego tienes que visualizar una figura geométrica que es la que te llena de energía. Eso es en lo que está inspirado en Unique. Esas gemas que están plasmadas son figuras que me han estado saliendo durante bastante tiempo”, agregó.

Unique ya había sido expuesta en Estados Unidos. Sin embargo, Siete, tres,uno es la primera vez que se imprime siquiera y está más relacionada con la numerología.

 

Obra en Siete, tres, uno

 

Siete, tres, uno

“Cada persona nace con un número, en mi caso soy 7, 3, 1. El 7 es tu identidad, es decir lo que eres aquí en esta vuelta, el 3 sería la energía o vehículo que necesitas poner para llegar a tu propósito, que sería el 1. Aquí se mezcla la fotografía con la pintura. En el 7 el cielo es óleo sobre el lienzo, al igual que en el 3 igual y luego en el 1 el círculo es aerógrafo”, detalló.

En la obra de Alejandro Áboli, la fusión con el cine y la fotografía ha sido la clave para dar riendas al universo que le agolpaba la imaginación desde su primera serie The Red Line. A partir de entonces empezaron a aflorar referencias a la pintura surrealista, que siempre admiró: Dalí, Picasso…: “Me sentía un poco limitado con la fotografía a nivel creativo. Estas herramientas del collage y del surrealismo me dieron la oportunidad de poder plasmar lo que me pasaba por la imaginación”.

No obstante, en el trabajo de Alejandro hay una intención constante por respetar la fotografía lo más fiel a la original, si bien, en ocasiones debe recurrir a recortar y cambiar ciertos parámetros para facilitar que se integren los elementos.

 

Obra en la expo Siete, tres, uno

 

Desolation

La penúltima decisión que tomó Áboli antes de presentar su proyecto fue incluir la serie Desolation, que es, sin embargo, la más antigua de las que lo integran. La pieza deviene una de las que mejor expone la filosofía del artista, sus intenciones creativas, donde la desconexión es el hilo conductor. Expone una dualidad constante del ser humano, el caos entre la divinidad y lo terrenal, entre la compañía y la soledad, entre la alegría y la desolación, entre el imaginar y el vivir.

Al respecto, el autor refirió: “En Desolation, la luna es de Jerusalén y obviamente podía haber usado la luna de cualquier sitio, pero después del segundo viaje que hice allí, quise plasmar lo que simbolizó para mí esa tierra con esa energía tan maravillosa. Pero, por ejemplo, la cabina de teléfono es un homenaje a Madrid a través del rótulo de la primera cabina telefónica que se puso en la capital española, esta es la única parte de la fotografía que no es mía, el resto es de las cabinas de Nueva York y de Miami”.

 

Obra en expo Siete, tres, uno

 

La conexión entre España y Estados Unidos tampoco es una casualidad en la obra de Áboli, luego de 10 años de carrera en América, con exposiciones en Dallas, Los Ángeles, Nueva York, etc., el sueño del artista es estar a caballo entre Europa y Estados Unidos. “Creo que podemos ser buenos embajadores de España en Estados Unidos y podemos traer cosas buenas de Estados Unidos a España. Quiero que mi arte sea una especie de puente entre esas dos culturas”, confesó.

Esta tríada de series supone lo mejor de su arte hasta ahora según el propio Áboli. “Sentí que era el momento de decir quiero volver a casa y hacer una exposición con todo lo que he aprendido estos años y plasmar mis últimas obras. Ha sido un honor ser parte de PhotoEspaña, pues es la primera vez que hago una muestra solo en Madrid”, dijo. 

Aun cuando cada una de ellas, está permeada por una estética, mensaje y intención particular, la unidad de las tres piezas está dada por ese denominador común en la obra de Alejandro Áboli que es la búsqueda de “una narrativa visual surrealista en la que el espectador viaja haciéndose preguntas, que es también una narrativa cinematográfica en que te va llevando de un punto A a un punto B, pasando entre medias por distintas subidas y bajadas en el desierto, la cabina, las montañas, ese cielo como de otro mundo…”

 

Alejandro Áboli y María Llanos

 

Vibraciones

Gracias al acompañamiento de María Llanos a lo largo de su trayectoria, surgió la última idea de la exposición: Vibraciones. La transformación del sótano de la sala de exhibiciones en una experiencia inmersiva, muy personal complementa la filosofía de la muestra.

“Quería que el espectador no solo se quedase en la visión de unas obras de arte y leer la hoja de sala, por eso esta instalación busca que el espectador sintiese lo que yo he experimentado en tantos años también de terapia, hipnosis”, expuso Áboli.

La instalación deviene una conjunción de todos los sentidos para integrar el mensaje: lo visual a través de reflejos, el sonoro, a través de la pieza ambiental de María Llanos y el olfativo con la colaboración de Frederic Malle.

Sobre el proceso de creación de la instalación, lMaría Llanos quien se estrena con su primera pieza sonora comentó que la referencia inicial viene de la obra 7 que en el centro tiene una especie de portal, por lo que la idea era justo convertir el espacio en un portal para una conexión interna que sirviera para descubrirse cada cual.

“El mensaje está basado en las cartas de geocromoterapia que también está inspirado un poco en el tarot, que han usado muchos artistas también como referencia”, dijo. Aunque el sonido es el verdadero protagonista: “Era un tema en el que llevo muchísimos años reflexionando. Me di cuenta que el sonido era algo que afectaba muchísimo a mi bienestar, y siempre pensaba que hay veces que no puedes controlar tu entorno, pero sí puedes crear un entorno sonoro que te ayude a vivir una experiencia”.

Se trata de sonidos de la naturaleza a nivel abstracto, llevados a otro mundo. “Mi intención era mostrar cómo sonaría otro universo y cómo el sonido puede tener también una parte surrealista”, recalcó Áboli.

Siete, tres, uno ha sido más de lo que imaginó Alejandro Áboli. Ha sido una pieza atrevida que de seguro será punto de partida para seguir explorando el sonido como concepto artístico. Por otro lado, ha abierto una puerta a la numerología y la geocromoterapia, las cartas a todos sus espectadores…Una excusa para hacerse preguntas, que es, a fin de cuentas, la intención de su autor.