El museo de arte de Amalia Fortabat, en Puerto Madero, exhibe 230 obras de autores célebres europeos y argentinos.
El repertorio de obras de Amalia Lacroze, viuda de Alfredo Fortabat, propietaria de compañías, estancias, fábricas, ganado, aviones, emisora radial y de una de las más prósperas empresas de cemento en Argentina, es señalada por los conocedores como de las más notables de América Latina.
Se trata de una selección de pintura latinoamericana, fundamentalmente argentina, de finales del XIX y casi todo el siglo XX que reúne, desde una acuarela de Prilidiano Pueyrredón, obras de Fernando Fader, José Malanca, Pedro Figari, Carlos Alonso, Antonio Berni, Vidal-Quadras, Raúl Soldi, Fray Guillermo Butler, Alice Della Valle, Quinquela Martín, hasta el chileno Roberto Matta. Asimismo de Ernesto Deira, Rómulo Macció, D’Arienzo, Polesello, De la Vega, Nicolás García Uriburu, Luis Felipe Noé.
Entre las obras más valoradas se hallan la del impresionista William Turner, estimade en 60 millones de dólares: “Julieta y su aya”, y “El censo en Belén”, de Pieter Brueghel, ambas anteriores a 1850.
El edificio, inaugurado en fecha reciente como museo, fue diseñado por el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly (creador del Forum de Tokio, el Centro Financiero de El Cairo y la Biblioteca de Chicago), y guarda sólo una parte de la colección Fortabat la cual se estima en alrededor de mil obras.