“Línea…es la parte más importante de cualquier pintura”
Lyle Carbajal
“Todo verdadero artista se ha inspirado más por la belleza de las líneas y el color entre ellos que por el tema concreto de la imagen”
Piet Mondrian
Por primera vez se presenta en la galería Zielinsky de Barcelona el reciente trabajo del artista brasileño Dedé Lins realizado en sus talleres de Barcelona y Sâo Paulo. La exposición se titula Streamline, o lo que es lo mismo “racionalizar”, y se muestra a través de 16 piezas que están repartidas por los diferentes espacios de la galería. Anteriormente ya había participado en una colectiva en el año 2019. El comisario es Jordi Garrido.
Dedé Lins (Salvador de Bahía, 1972) es diseñador gráfico. Se formó en la Universidad Católica de su ciudad natal, donde se licenció en Comunicación Social y posteriormente realizó un postgrado de diseño gráfico en la Universidad de Barcelona, ciudad en la que se instala a partir de los años 90. Desde hace un año es artista residente del Centro de Arte Contemporáneo Piramidón de la misma ciudad.
Es la primera vez que observo su obra y verdaderamente me ha sorprendido gratamente, teniendo en cuenta que se trata de una manera de representar la abstracción desde una óptica relacionada con la abstracción geométrica, tal y como señala el comisario declarando que “la tradición latinoamericana vinculada al concretismo surgido de las segundas vanguardias, la marcada geometría de sus composiciones halla antecedentes tanto en Max Bill como en Julio Le Parc”, aunque en mi opinión también podemos relacionarlo con el trabajo de la brasileña Lygia Clark, a pesar de que más adelante pasase del arte concreto y constructivista al denominado como “arte sensorial”.
De todos modos, aunque a simple vista parezca un trabajo que podríamos denominar como “deja vu”, no lo es en realidad, ya que emplea la piel como soporte, en lugar de la tela, como si se tratara de un collage, creando sus pinturas como una especie de proceso artesanal que confiere una manera de entender la línea como un “elemento vertebrador del cosmos”. Se trata de representar una serie de líneas verticales que se van entrelazando originando un discurso que lleva a unos límites cercanos a determinados aspectos simbólicos que solamente conoce el artista.
El color y la línea se identifican plenamente en sus composiciones gracias al empleo del láser, que crea unas líneas que separan las diferentes construcciones que parecen representar formas o no formas geométricamente imposibles que, añadidas a un suave cromatismo, permiten la contemplación de un determinado “juego visual placentero”. A priori, es como si estuviéramos delante de una obra creada desde el entretenimiento para que el espectador pueda disfrutar de ella. Ahora bien, en realidad se trata de una obra que va más allá de la inmediatez de una obra pictórica, ya que el empleo de un material como es la piel ya le confiere un aspecto muy singular.
Para crear su obra se vale de un material no muy habitual como es la piel a modo de collage. Mediante el empleo del láser va configurando una serie de líneas que conforman el laminado sobre la madera como soporte y la propia piel. Además, hay una serie de obras que permiten conocer su proceso creativo como por ejemplo las lijas que le sirven para “perfilar y pulir hasta las placas mártir grabadas con las pruebas de corte”. No es habitual que se exhiba el proceso de trabajo de un artista, salvo en el terreno de la obra gráfica, donde determinados grabadores exponen sus creaciones con las herramientas o soportes que emplean asiduamente y que permiten al espectador conocer mejor cómo es el proceso de elaboración.
Su obra también se puede encuadrar en el terreno del pop-art y del diseño de la moda debido al material empleado. El uso de técnicas digitales y analógicas le sirve como pretexto para crear unas composiciones que se aproximan a concepciones estéticas provenientes de diferentes continentes, sobre todo de África y América, aunque su experiencia europea no parece que haya influido en su trabajo.
Respecto a las obras que se exhiben en la galería Zielensky, merece nuestra atención una pieza de grandes dimensiones que ocupa toda una pared titulada Heights, en la que muestra una serie de rectángulos insólitos de diferentes tonalidades dispuestos verticalmente y dando como resultado una amalgama de elementos geométricos que permiten al espectador adentrarse en un terreno estético complejo y a la vez reflexivo.
En cambio, hay otras piezas como Algoritmo 4 y 5, en las que lo importante es la estructura representada, tanto si se basa en el acentuado cromatismo de su propuesta plástica o bien por la disposición de los distintos elementos que la configuran, creando a su vez un ritmo compositivo que permite profundizar en ellas.
Aunque aparentemente exista una cierta reiteración en sus planteamientos estéticos, en realidad cada uno de ellos ofrece diferentes aspectos y connotaciones que no sólo se atisban en sus cuadros, sino que también aparecen en obras que son la consecuencia y el proceso de su trabajo. No es habitual que el artista muestre el proceso de trabajo de su obra como si se tratara de la obra final.
En portada: Algoritmes 1,2,3,4. Láser sobre laminado de Maple, Sapele, Okupe sobre piel