Por segundo año consecutivo, las galerías María Porto y David Bardía unieron su arte en Estampa. A través de su propuesta compartida, las galerías destacan por ofrecer una visión ecléctica del arte contemporáneo, fusionando artistas emergentes y consagrados.
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La primera de ellas, enclavada en el Corte Inglés de Castellana en Madrid, desafía la imagen convencional de una galería que lo mismo acerca una obra de Miró que un artista novel al público que va de compras. Mientras, la segunda a pocos metros del emblemático parque El Retiro, conserva el garbo clásico, a través de un espacio íntimo pero a la vez transgresor.
Irene Hernández, quien gestiona ambas galerías, explicó a Arte por Excelencias que la diferencia entre los dos enfoques es precisamente lo que enriquece esta colaboración: “La Galería de María Porto ofrece un espacio totalmente abierto y accesible, mientras que la de David Bardía es ideal para propuestas que requieren mayor introspección. Esta dualidad nos permite mostrar artistas emergentes y consagrados de una manera muy orgánica”.
Para esta edición de Estampa, las galerías han ocupado uno de los stands más grandes. “Para nosotros, participar en Estampa es una forma de conectarnos con el mundo. Da muchas oportunidades para galerías jóvenes, como la nuestra, que tiene solamente tres años de trayectoria”, añadió.
En su catálogo se hallan nombres como el de Alea Pinar Du Pre, una artista austro-turca que vive en Holanda, cuya estética está a medio camino entre el barroco y la Bauhaus. Su obra está hecha a base de alambres para crear figuras femeninas. Asimismo, ha llevado los fondos marinos de la artista Amelia García.
Por otro lado, repite el hiperrealismo de Lorenzo Fernández, artista plástico de extensa trayectoria y reconocido sobre todo por su precisión en el lienzo casi como una fotografía. Fernández es conocido por sus bodegones llenos de simbolismo. Asimismo, convive la obra de Belin, uno de los exponentes más importantes del neopostcubismo.
Entre los artistas emergentes que propone se halla Ana Malta, artista portuguesa de estilo figurativo revelación en la pasada edición de Art Madrid, y el cubano Irolando Gattorno, con una serie onírica y conceptual, inspirada en la fauna. “No queríamos sólo mostrar a artistas consagrados, sino también a aquellos que están causando furor fuera de España y que aquí aún no son tan conocidos”, comenta Hernández.
Irolando Gattorno, un lienzo dominado por la animalística
En el caso de la propuesta de Gattorno, inspirada en el surrealismo lleva consigo una carga simbólica que interpela al espectador en materia de experiencias sociales y económicas.
Para él, las figuras humanas ofrecen mensajes directos, mientras que con animales, la interpretación es más abierta y da lugar a una reflexión más profunda. Su serie actual, exhibida en la Galería David Bardía, incluye obras de interiores y exteriores, donde confluyen lo mismo la pasividad de levitaciones de naranjas que otras más agresivas o movidas como posiciones anatómicas inusuales en sus animales, que buscan disparar los resortes del pensamiento humano.
En ese sentido, el artista refirió a Arte por Excelencias: “Empecé a explorar el mundo animal como forma de expresión porque permite una mayor apertura interpretativa”. Los animales representan a los humanos, pero están fuera de su contexto. Me interesa cómo sus gestos y comportamientos pueden decir tanto o más que las figuras humanas”.
La complejidad de su obra es fruto de un proceso creativo extenso. Gattorno confesó que para dar riendas a estas piezas, por lo general inicia con un boceto a partir de temas que le preocupan de alguna manera como las noticias. Es su manera de que respondan a los mensajes que le provoca su contexto. Para él, los cuadros son como una película, cada pieza cuenta una parte de la historia.
“Es una serie de obras que está dividida por fotogramas porque crea como una secuencia. Al final, la obra de los artistas es un mundo propio y el artista tiene que involucrar al espectador en ese mundo y así traerle las respuestas que están determinadas a nuestra sociedad actualmente”, dijo.
Bien lo refleja su primera obra “El salto” al arribar a Madrid. Fue esta la primera vez que se atrevió a pintar a un animal, en este caso, un tigre saltando en medio de la ciudad. Se trata de “una representación mía saltando a un espacio que no conozco, pero que fue hermoso”, recordó.
Las galerías María Porto y David Bardía han demostrado que el arte puede y debe llegar a todos los rincones del mundo. En Estampa 2024, lo han vuelto a hacer.
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