Por Jorge Fernández Era
Uno de los aciertos de la actual edición del Festival de Música Popular Cubana Benny Moré, que entre los días 14 y 17 de diciembre se efectúa en Cienfuegos y en Santa Isabel de las Lajas, el pueblo natal del Bárbaro del Ritmo, ha sido el de sumar al homenaje a otros lenguajes sonoros. No pocos se han asombrado al pasar por el Paseo del Prado y observar en estas noches, próximo a la escultura del Benny que le rinde tributo, a muchos jóvenes que, bajo la batuta de los disc jockeys, bailan ritmos de moda, entre los que no falta algún acorde contemporáneo de pasajes como «Santa Isabel de las Lajas querido…», «Cienfuegos es la ciudad que más me gusta a mí», u otros fragmentos de célebres piezas del célebre cantante cubano.
Y es que los organizadores de este Festival —que, para la edición del centenario del Benny en 2019 pretende convertirse en internacional— han hecho de esta cita un encuentro ecuménico de tendencias musicales para acercar de una u otra forma a los jóvenes a la defensa del patrimonio cubano. En ese ánimo ha estado el dedicar no pocos espacios al jazz, género musical nacido en Estados Unidos a finales del siglo XIX y que luego se expandió por todo el orbe a lo largo del siglo XX. Claro que en este caso no hay de qué asombrarse cuando se piensa que no pocos estudiosos y críticos han ponderado la influencia que ha tenido en la historia del llamado jazz latino la concepción de una banda gigante como la creada por el Bárbaro del Ritmo. Sus arreglos, la importancia que le dio a los metales, y la proyección escénica de todo un show man, hacen de Maximiliano Moré un referente a la hora de hablar de revolución musical en estas latitudes.
Ese influjo y la admiración por nuestra música fueron el impulso para que la agrupación norteamericana Preservation Hall Jazz Band viajara a Cuba y realizara una presentación especial en el teatro Terry de la Perla del Sur, como parte del programa de esta cita bienal de la música popular cubana. Arte por Excelencias fue de los agraciados que disfrutaron un concierto de altos quilates de esta banda que durante más de cincuenta años ha mantenido encendida la antorcha de la música en Nueva Orleans y que ha compartido escenario con leyendas como Stevie Wonder, Elvis Costello, Grateful Dead, My Morning Jacket, Arcade Fire y Black Keys. Esta vez lo hicieron con jóvenes de la Escuela de Música Benny Moré, y estos últimos no los hicieron quedar mal. Lo cierto es que durante dos horas el coliseo fundado por Tomás Terry vibró con música de primer nivel y los siete integrantes de Preservation Hall Jazz Band —Ben Jaffe (bajo, tuba), Clint Maedgen (saxofón), Charlie Gabriel (saxofón, clarinete), Ronell Johnson (trombón), Walter Harris (tambores), Kyle Roussel (piano) y Branden Lewis (trompeta)—, acompañados en una pieza por nuestro Ernán López-Nussa, marcaran el punto más alto de un festival que deberá en la edición de 2019, la del centenario del Benny, repetir este ajiaco donde gana la evocación al Benny, la música y, sobre todo, la preservación de lo mejor de la cultura mundial.
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