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Tan Juan Padrón como lo pintan
13August

Tan Juan Padrón como lo pintan

Por Jorge Fernández Era

A comienzos de siglo fui invitado a un festival de cine que organizó la Dirección Provincial de Cultura de Ciego de Ávila. El invitado de lujo de aquel evento ―que recuerdo también por la exhibición de un filme argentino de animados que vimos unas pocas personas y que se titulaba El brujito de Gulubú, con música, por supuesto, de María Elena Walsh― fue Juan Padrón, el director y guionista de cine, ilustrador, caricaturista y hasta escritor que nació en Jovellanos, Matanzas, el 29 de enero de 1947 y que se graduara en 1978 de Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad de La Habana.

En un encuentro con la prensa que cubrió el evento hube de preguntarle ―gustazos que se da uno― qué tal eran sus relaciones con Elpidio Valdés. El padre del intrépido mambí creado en 1970 me confesó que no eran del todo malas, más bien fraternas, pero que de vez en cuando necesitaba dejarlo a un lado «para que no se creyera cosas».

Lo anterior me vino a la mente al asistir a la inauguración en la galería Servando ―calle 23 entre 10 y 12, El Vedado― de Juan Padrón: tan fiero como lo pintan, una muestra de veintiséis dibujos de quien obtuviera en el año 2008 el Premio Nacional de Cine. La exposición estará abierta hasta el 14 de septiembre e incluye la exhibición en video de fragmentos de otra de sus obras cumbres: Vampiros en La Habana.

Por ahí va la cosa: aquí no está Elpidio ―ni siquiera fue invitado a la apertura―, sino esos personajes entrañables que nos hicieron arrastrarnos de la risa tratando de chupar sangre de donde no debían, y que se juntan con mamuts y seres de la antigüedad en coloridos dibujos a tempera y técnica mixta ―Mujer lobo y vampiro, Quimbombó de zombi, Tapoks a lomos de suegras, Vampiro de Centro Habana, Primera flecha con silenciador…― donde Padrón se luce y deja traslucir su talento humorístico y su capacidad para retratar al ser humano desde una mirada bien irónica.

El diseño estuvo a cargo de Rubiel García González, y la edición de video fue de Armando Alba Nogueras. Niurma Pérez Zerpas ―directora de la galería― y Sarah Lis Muñiz Bueno fueron las curadoras. Con esta última pude conversar. «Sabíamos de la existencia de esos dibujos, y de que tenía una obra espectacular. Tan fiero como lo pintan es un juego, no solo porque el título parte de uno de sus dibujos, sino también porque utilizamos la palabra para denotar la fiereza de su pincel, para demostrar que él es uno de los grandes. Decidimos de alguna manera que Elpidio descansara, porque había mucha obra de Padrón que no estaba expuesta, que nadie conocía, y para la curaduría los vampiros y los tapoks venían muy bien. Involucrar al cine era uno de nuestros anhelos: tan cerquita y no habíamos hecho nada».

Y como no podía dejar que el también creador de los Quinescopios y Filminutos se me escapara ―hay gustazos que uno debe darse dos veces―, logré que Juan Padrón dijera unas palabras en exclusiva para Arte por Excelencias: «La exposición la han hecho las compañeras de la galería. Estos son dibujos que yo tenía en mi casa. Ellas fueron a verme, los escogieron, los montaron y los colocaron aquí. Lo han hecho muy bien, acá parecen otra cosa, así que el trabajo fue de ellas, yo nada más que dibujé».