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Premio Nacional de Circo 2020: una deuda con la historia
21December

Premio Nacional de Circo 2020: una deuda con la historia

Reinaldo Hernández Padrón y Heriberto Arias Suárez son los primeros Premios Nacionales de Circo en una isla donde el arte circense es de larga y conocida trayectoria, la que muchas veces se ha comparado con la antigua técnica soviética, destacándose por la precisión.

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En una preciosa gala en la Carpa Trompoloco, la casa de los artistas circenses, se desarrolló la entrega oficial del galardón, seguido de una elocuente y variada selección de actos para un espectáculo singular. Y no podía ser de otra forma el homenaje del Ministerio de Cultura, el Consejo Nacional de Artes Escénicas y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba a dos grandes del circo cubano, quienes han legado para las futuras generaciones una obra de infinito amor.

Reinaldo Hernández Padrón, más conocido como el Chino Montalvo comenzó a los 11 años con el equilibrio de manos y el trapecio volante, su gran pasión. También se desempeñó como director, profesor y asesor de otros artistas. En entrevista exclusiva para Arte por Excelencias, manifestó sentirse muy feliz por el reconocimiento a su dedicación y a sus años de experiencia. “El circo en mi vida es todo”, confesó.

Por su parte, Heriberto Arias Suárez, alias Mazuco, fue también un trapecista, profesor y jefe de pista. Mazuco se sintió un poco triste ya que por cuestiones de enfermedad en la vista no pudo ver la gala, ni la emoción del público cuando salió a recibir su premio. Sin embargo, le reconforta saber que sin venir de una familia cirquera, él pudo crear una para al Circo Nacional de Cuba. “Hoy mi apellido Arias está aquí y seguirá con mi nieta Lorena Arias, cuando yo no esté”, expresó.

En Cuba el circo es familiar. No solo porque desarrollan lazos fuertes más allá de la consanguineidad, sino por la tradición de que los demás miembros de la familia con aptitudes sigan el legado. Así el apellido perdura varias generaciones.

El jurado presidido por Gladys Alvarado y compuesto por Santiago Alfonso, José Ramón Rizzo, Germán Muñoz y Boris González tuvo en cuenta la impronta de estos paladines del circo para elegirlos entre otras nueve nominaciones de todo el país: el Chino Montalvo, el último ya de su apellido y Mazuco, maestro en técnicas de seguridad para cuidar la vida de los artistas. Dos grandes de nuestro circo que han entregado su vida a la carpa reciben un homenaje tardío, pero válido y que los sitúa desde ya como los primeros en recibir esta deuda que se salda con la historia.

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