Con amplia justicia el Museo Nacional de Bellas Artes es una de las instituciones culturales cubanas que ostenta el Premio Excelencias Cuba como reconocimiento a su profunda faena de resguardar con celo múltiples piezas que conforman el importante patrimonio de las artes visuales en la isla.
Fue inaugurado el 28 de abril de 1913, como museo enciclopédico, gracias a donaciones, préstamos, depósitos o transferencias que realizaron instituciones civiles y religiosas, artistas y coleccionistas, y que constituyó el núcleo inicial de los conjuntos museables, que se ampliarían sobremanera cuando el éxodo masivo de la burguesía nacional en los años sesenta, permitió la recuperación de colecciones privadas de gran valor artístico y poco conocido, que pasaron a formar parte del tesauro del museo; la nómina de obras ha crecido, modesta, pero sostenidamente, durante los últimos años, hasta superar las 48 mil piezas.
Este valioso caudal, que está compuesto por las colecciones de Arte Cubano y de Arte Universal, es motivo de admiración constante, tanto por parte de los expertos como de los amantes del arte en general.
Se encuentra aquí, la más importante colección de Arte cubano existente; un panorama histórico-crítico de las artes plásticas de la nación, desde una perspectiva museológica, y contentivo de piezas creadas en un extenso periodo que comienza en el siglo XVI y llega hasta el presente, y que favorece una reflexión profunda de varios siglos de arte en la Colonia, donde se distinguen los grabados del siglo XIX; de la pintura académica producida entre 1898 y 1920, así como de varias generaciones de maestros de las vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX, como Fidelio Ponce, Víctor Manuel, Carlos Enríquez, Amelia Peláez, René Portocarrero, Mariano Rodríguez y Wifredo Lam.
En lo que al arte universal se refiere, el museo es el único en el país especializado en esta temática; su apreciable colección ocupa, desde la remodelación capital de la institución culminada en 2001, un edificio histórico de la ciudad, el antiguo Centro Asturiano, con lo cual Bellas Artes se convirtió en un gran complejo museístico.
Se exponen en los salones del Edificio de Arte Universal, alrededor de 700 obras representativas de las siete escuelas tradicionales europeas: Alemania, Flandes, Holanda, Italia, España, Francia y Gran Bretaña.
Por otra parte, despierta un extraordinario interés entre los visitantes la colección de Arte de la Antigüedad, constituida por el catálogo del Conde de Lagunillas, y que contiene más de 600 piezas del Asia Anterior, Egipto, Grecia, Etruria y Roma y que incluye el excepcional conjunto de cerámica griega.
La notoria institución de arte ha devenido en el tiempo, museo vivo, a partir de una actualización sistemática de las tendencias del universo visual contemporáneo tanto nacional como foráneo, y además porque en sus salones se desarrollan acciones de carácter educativo y asociadas a diferentes manifestaciones artísticas, que atraen al público de todas las edades por la oportunidad de ampliar sus conocimientos históricos y culturales.
El versátil tesoro que acaudala el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, y su admirable misión de atesorar, restaurar, conservar, promover e investigar sobre el mundo de las artes visuales y aplicadas, lo sitúa entre los más acreditados y admirados de América Latina.
Obras paradigmáticas de exquisita factura en el campo de la escultura, grabado, cerámica, retrato, pintura, diseño, caricatura, litografía, instalaciones, fotografías, y dibujos de diferentes períodos, movimientos, y escuelas, creados por figuras artísticas cimeras e innovadoras de pluralidad de generaciones, países, poéticas, tendencias, y denominadores estilísticos, hacen de la institución una oportunidad de verdadera excelencia que promete la interacción con una parte transcendental del patrimonio artístico y cultural de la humanidad.
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