Comisariada por Sema D'Acosta la muestra ETCÉTERA, ETCÉTERA “Nueva pintura andaluza” ocupará la atención de los amantes de las artes visuales contemporáneas en Marbella. Abrirá sus puertas en la galería Yusto/Giner este viernes 25 de marzo a partir de las 7 pm y a partir de ese momento se podrá disfrutar del trabajo creativo de jóvenes artistas emergentes.
La muestra estará disponible hasta el 30 de abril y la nómina es la siguiente: Abel García, Alba Cortés, Alberto Montes, Almudena Lanceolada, Amara Toledo Andrés Aparicio, Back, Fenxi, Fran Baena, Imon Boy, Javier Valverde, José Luis Valverde, Juanma Benítez Grima, Juanma Cabrera, Julio Anaya, Laura Vinós Lucia Tello, Manuel M. Romero, Miguel Núñez, Miguel Scheroff, Pablo Castañeda Pablo Padilla, Pepe Domínguez, Rafael Jiménez Reyes, Ramón Muñoz, Ricardo León Cordero, Silvia Lermo, Sofía González, Vanessa Morata, Viola.
Pero nada mejor que las palabras de la propia Sema D'Acosta para ofrecernos una visión exacta de lo que se exhibirá.
“La pintura vive hoy en Andalucía, y en general en todo el mundo, un momento verdaderamente próspero. Su variedad, profusión y viveza es tal, que sería imposible acotar un único territorio para referirnos a sus incontables posibilidades. En la última década su protagonismo ha ido en progresión ascendente, tanto en esta comunidad autónoma como en el concierto internacional. Dentro de nuestro contexto, siempre ha sido un medio que nos ha diferenciado de otros lugares, una seña de identidad característica del arte contemporáneo del sur, quizás su pilar más sólido. ETCÉTERA, ETCÉTERA se plantea como una exposición colectiva de treinta autores emergentes, la mayoría menores de treinta años, que viene precisamente a reivindicar la fuerza y el potencial de este medio, ahora en auge y con una renovada capacidad de atracción. Es importante destacar que objetivo de esta muestra panorámica no es realizar una selección excluyente de nombres -necesariamente la propuesta se acota a un espacio-, sino más bien el contrario: procura presentar un horizonte lo más amplio posible que revela a partir de varios itinerarios el excelente estado de la nueva pintura andaluza.
Varias podrían ser las causas del fulgor actual de la pintura. Si nos centramos en los jóvenes, quizás el descreimiento y la falta de expectativas ante el difícil momento que viven hoy aquellos que deciden dedicarse a la creación, hacen que se vuelquen con algo tangible y sencillo como un cuadro. La pintura es un ejercicio personal introspectivo donde no existen intermediarios. Requiere apenas avituallamiento, permite pensar y ejecutar con pocos medios. En una sociedad cada vez más individual, donde los ideales y luchas comunitarias han decaído, donde millones de chavales se resguardan en el ordenador de su habitación, la pintura resulta un amparo oportuno, un lugar donde encontrar cobijo y conectar con uno mismo para buscar motivos en los que creer más allá del scroll en el smartphone. Saturados de lo virtual, la autenticidad concreta de la pintura es una verdad única que se toca y se siente con las manos, que mancha y huele, que no se puede reproducir, ni multiplicar o copiar con facilidad. Es algo que existe y se ratifica por encima de la ficción que habilitan las redes sociales, un espacio sospechoso y atiborrado de impostura. Hemos pasado en menos de una década de los objetos palpables a la pantalla. Hoy todo es interfaz. La realidad se sustituye por un sucedáneo online que carece de corporeidad. La cultura-red1 absorbe con la voracidad de un agujero negro. En este mundo ubicuo, la fisicidad de lo pintura sobresale para descubrirnos las posibilidades del gesto verdadero. Mientras una elocuente mayoría de jóvenes multitasking pierde el tiempo en Youtube o baila al son que marcan los DJ de la mirada de Instagram o TikTok, moverse en la dirección contraria y apostar por usar pinceles y un lienzo supone asumir una posición de inusitada rebeldía contra la previsibilidad del modelo dominante en esta última generación millenial. Más aún, en un contexto ahíto como el actual, donde prevalece un tipo de entretenimiento visual en el que la imagen cada día dice menos, se agota en el mismo momento de ser presentada. Internet ha propiciado el desarrollo y difusión de nuevas inquietudes, sensibilidades y preferencias adolescentes de una manera absolutamente distinta a como se hacía en las décadas postreras del siglo XX. Los comportamientos narcisistas nos rodean, cunde el exhibicionismo y la obsesión por los selfies. En ese entorno debilitado y disperso de los veinteañeros, la pintura permite situarse lejos de la tecnología y establecer argumentos lo suficientemente firmes para que, alguien que quiera dedicarse al arte, construya un cimiento que posibilite el desarrollo de una carrera.”