Vísperas de la Fiesta de Navidad, la intérprete y actriz Gretel Cazón asumió el reto de presentar en concierto su primer fonograma Rumba azul.
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Con la fortuna de tener en escena a los músicos que grabaron con ella— todos pléyade de talentos—el concierto fue la despedida de año de esta intérprete que ha logrado armonizar con igual acierto la actuación y la música.
Si bien en materia de producción musical han sido estos dos años muy difíciles por las exigencias de convivir en plena pandemia, en su caso particular, han significado además, la oportunidad de realizar el disco soñado. Rumba azul se distingue por la selección de temas que se asocian a los recuerdos de sus abuelas, que es sinónimo de amor, ternura y a un tiempo que la acerca a las populosas calles centro habaneras, y donde el paso de comparsas o el auténtico repiquetear de tambores, constituían una especie de fe de vida.
Unido a esas vivencias yacían igualmente las letras de hermosas e inolvidables canciones que prestigian el pentagrama musical cubano, y son parte indispensable de su esencia cultural. Fue entonces Rumba azul la oportunidad de celebrar la presencia eterna de nombres como Ernesto Lecuona, Sánchez de Fuentes, Rodrigo Prats, Esther Borja, Barbarito Diez, Bola de Nieve, Marta Valdés… unidas a las propias remembranzas de La Cazón.
Tras una cuidadosa selección del repertorio que incluyen temas como Corazón—con que inició la noche en perfecto diálogo entre la intérprete y el bajista y productor musical del disco Gastón Joya—, Como arrullo de palmas, La chancletera, Tú no sospechas y Damisela encantadora, entre otros, transcurrió una noche que para muchos asistentes resultó felizmente corta, por la muestra de buen gusto. Fue, indudablemente, una cita de exigencia y rigor, dirigida por Lester Hamlet, que tras sus cámaras repite el trabajo con Gretel Cazón, a quien mucho respeta por su incesante búsqueda de celebrar esas joyas de la canción que cada vez son menos interpretadas. Objetivo que ambos desde distintas aristas de trabajo comparten.
Acercar a las más jóvenes generaciones a clásicos de la canción cubana afirma la razón de trabajo de Gretel Cazón, la actriz-cantante que al interpretar temas contemporáneos también elige aquellos cuya poesía integre el sentir de todas las generaciones, porque para todas se entrega. En esta oportunidad Oliver Valdés, Julito Padrón, Yaroldi Abreu, el propio Gastón Joya, en su doble condición, y como invitado muy especial en concierto, Rolandito Luna, afirmaron junto a ella, la magia de este género sin fronteras de tiempo.
De su primer concierto a este segundo, Gretel pretendió que no distara mucho el tiempo; en cambio la vida con sus jugarretas tremendas impidió que fuese más cercano el encuentro; no obstante como ella misma dijera: “ nada, aquí estamos con salud y unas ganas inmensas de ser feliz”… así que reto cumplido, fue presentado en concierto su Rumba azul, con una inmensa responsabilidad de continuar defendiendo la canción cubana desde el más absoluto respeto y admiración por lo que ha sido y será.
Fotos: cortesía de la entrevistada/Carmen Souto