Tabakalera presenta la primera gran exposición individual del renombrado artista argentino Gabriel Chaile (San Miguel de Tucumán, 1985). En la muestra, titulada Contemplando es como fuimos cambiando, se pueden recorrer las creaciones más recientes de Chaile, junto con piezas clave que reflejan su trayectoria artística, reconocida por crear esculturas monumentales a partir de materiales sencillos con referencias directas a las culturas originarias, una llamada a la reflexión identitaria y la descolonización de la memoria. Esta exposición de uno de los artistas más reconocidos de la escultura contemporánea se podrá visitar hasta el 2 de febrero de 2025.
Las grandes esculturas que se despliegan en la sala de exposiciones principal de Tabakalera se convierten en piezas que toman el pulso del tiempo y que, a través de su materia, cuentan historias que son personales y colectivas a la vez. En el centenario de Eduardo Chillida, en el que Tabakalera ha dedicado sus exposiciones a la escultura, cabe destacar el diálogo simbólico entre Gabriel Chaile y el artista donostiarra que se hace presente en esta muestra. Ambas trayectorias, aunque provenientes de contextos diferentes, exploran la relación entre forma, espacio y memoria. Las esculturas de Chaile, al igual que las de Chillida, invitan a la contemplación y destacan el poder transformador de la materia, construyendo puentes entre el pasado y el futuro.
Gabriel Chaile es un artista que vive y trabaja entre Buenos Aires y Lisboa. Estudió Bellas Artes en la Universidad Nacional de Tucumán (Argentina) y ha recibido múltiples becas y reconocimientos. Chaile se describe como un «comunicador de imágenes» y un «antropólogo visual» que explora la resistencia cultural a través de materiales como el adobe. Fusiona este material en un lenguaje visual que interpela las nociones prestablecidas sobre el poder, la historia y la identidad cultural.
Chaile ha expuesto en importantes eventos internacionales y su obra ha alcanzado renombre en el ámbito internacional. Destaca su participación en la Bienal de Venecia (2022), donde su serie de grandes esculturas de adobe fue recibida con gran reconocimiento, ya que demuestra la capacidad del artista para articular narrativas complejas a través de formas sencillas y materiales humildes. Además, ha expuesto entre otros lugares, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), en el Studio Voltaire de Londres y en el High Line de Nueva York.
Chaile desarrolla sus investigaciones antropológicas y visuales a partir de dos conceptos esenciales que atraviesan su cuerpo de obra. Estos son la «ingeniería de la necesidad», que consiste en crear, desde el arte, objetos y estructuras que colaboren en mejorar las condiciones de una situación límite determinada; y «la genealogía de la forma», que implica asumir que cada objeto, en su repetición a lo largo de la Historia, trae consigo una historia que contar que se recupera y se actualiza en relación a un nuevo contexto. El artista se vale de ambos conceptos para crear esculturas, realizar pinturas y construir instalaciones de gran formato que permitan visibilizar y dar voz a las diferentes comunidades silenciadas por la historia y las estructuras de poder.
En la muestra de Tabakalera comisariada por la gestora e investigadora independiente Andrei Fernández, Chaile reúne una decena de piezas, esculturas, instalaciones y dibujos, que dialogan entre sí, tejiendo una narrativa que conecta lo ancestral con lo contemporáneo y lo local con lo global.
Uno de los temas más recurrentes en su obra son sus hornos-escultura inspirados en los hornos populares argentinos, que actúan como poderosos símbolos de resistencia comunitaria. Estos hornos, construidos en adobe y otros materiales naturales, representan no solo el acto de cocinar colectivamente, sino también la resistencia a través de la solidaridad. Estas formas son, en palabras del artista, «contenedores de memoria, fragmentos de historias que sobreviven en el barro y las manos de quienes cocinan el futuro». Chaile destaca cómo la arquitectura de los hornos se relaciona con las formas de cerámica precoloniales, particularmente del norte de Argentina. Esta conexión subraya una continuidad cultural, que une diferentes tiempos y orígenes mediante objetos que son tanto funcionales como simbólicos.
Trabajo colectivo
La colaboración resulta fundamental en la trayectoria del artista argentino y de manera colectiva trabaja en su estudio en Lisboa. Este espacio se convierte en un punto de encuentro para artistas de diversas disciplinas, promoviendo el intercambio de ideas y la co-creación. El proceso artístico refleja la sinergia entre diferentes voces y la importancia de la comunidad en la práctica contemporánea. Como resultado de este enfoque, el artista portugués Tomás Bargão Henriques presenta una pieza inédita creada especialmente para la exposición. Utiliza plástico y metal para mostrar los restos de un lugar en Lisboa donde suele reunirse con amigos. En estos fragmentos se encuentran partes de su pintura, creada de manera urgente y apasionada, de la que le arrancan muchas secciones, dejando un vacío. Con lo que queda, Bargão Henriques genera una nueva imagen que fusiona nostalgia y pérdida, invita al visitante a reflexionar sobre la memoria y la reconstrucción de lo que fue y ofrece una visión íntima de su proceso creativo y experiencia en ese espacio.
La exposición se complementa con un programa de actividades que incluye visitas dialogadas, talleres de arte para familias y un curso de acercamiento al arte contemporáneo, diseñados para acercar al público a las obras de Chaile.
Fuente: EXIT Mail