La artista ciudadrealeña lleva a la capital su propuesta Es cuestión de tiempo, concretamente a la Galería Lucia Mendoza, donde estará expuesta hasta el 15 de julio. La exposición reúne sus obras más recientes, entre las que se encuentran las fases solares en hormigón, circunferencias de barro que emulan un sistema solar o geografías de fieltro móviles. De esta manera, la artista pretende crear un universo en el que las cuestiones derivadas del espacio-tiempo se rigen de manera azarosa o con una personal disposición.
Vea además: El tiempo y el espacio de Mercedes Lara
Es sobre esta inseparable problemática espacio-tiempo sobre la que gira la propuesta de la artista de Daimiel, incidiendo en la reflexión en torno al poder de los pequeños cambios para condicionar la percepción y alterar la realidad. Conceptos como romper, deshabitar, reflejar o leer entre líneas van apareciendo de manera constante al recorrer la exposición, y permiten reflexionar sobre esta acción de la perspectiva en sus obras artísticas.
De esta manera, Mercedes Lara imagina un cosmos en constante cambio, lo que se representa en cada una de las geografías y figuras que representa. Una de las cuestiones que más le interesa a la artista manchega es la importancia de la disposición y del espacio expositivo en sus propuestas. Es por ello que, en todas las obras que vemos en Es cuestión de tiempo, el lugar donde se encuentran o el ángulo desde el que se mire son relevantes.
Por otra parte, la luz y el color son dos aspectos también importantes a la hora de entender tanto esta exposición como la trayectoria de Mercedes Lara. Las obras que crea acostumbran tener un importante componente cromático o lumínico, y en este caso también juega con los reflejos, en materiales habitualmente menos usados en el mundo del arte como el aluminio, el fieltro cosido o el pan de oro.
De esta manera, esta propuesta hay que entenderla como un “todo” narrativo, no como obras independientes sino interrelacionadas entre sí, de forma que las piezas de hormigón, latón y pan de oro de La cara visible, los tres telones que aluden a los lagos africanos Victoria, Tanganica y Malowi, la obra cartográfica Amazonas, madre agua, las varillas de aluminio de Entre líneas, o las esferas de barro de En el plano eclíptico expresan mensajes e ideas distintas, pero ni mucho menos lejanas.
Mercedes Lara, licenciada en Bellas artes por la Universidad Complutense de Madrid en 1992, empezó su carrera artística con la exposición Interferencias, que fue expuesta en el Espacio Contemporáneo del Archivo de Toledo. Posteriormente, sus propuestas han pasado por varios rincones de la geografía española, como por el Festival de Almagro y por el Museo de Bellas Artes del Principado de Asturias, entre otros. Internacionalmente también ha tenido presencia, tanto en ferias de arte como Art Miami y Art New York, como por el Museo Arken de Copenhague.
Teniendo en cuenta el respeto por los materiales y el mensaje naturalista que caracteriza a las obras de Mercedes Lara, la Galería Lucía Mendoza ha querido apostar por traer a la artista manchega, siguiendo su línea de exponer un arte que camine hacia ese movimiento común que es la sostenibilidad. En este sentido, la galería se configura como un espacio expandido, flexible, libre, reflexivo, propositivo y estimulante que acoge una expresión amplia de la creación artística y cuya hoja de ruta es la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, entendiendo sus objetivos y metas como un camino global para construir un planeta más habitable, justo e inclusivo.
En portada: Mercedes Lara. La cara visible, 2022. Detalle de 13 piezas de hormigón sobre gres y pan de oro, medidas variables
Le puede interesar:
Publicación anterior Lola Durán Úcar: “En el arte pop hay una conciencia social”
Publicación siguiente La sal de la Tierra. La última cena. Baní
Publicaciones relacionadas
