Palma.- La Catedral de Mallorca, en Palma, desde lo más alto. Hasta finales de octubre, La Seu organiza, de lunes a sábado, visitas guiadas que permiten descubrir el monumento desde una nueva perspectiva y conocer algunos de sus rincones más inaccesibles como el campanario, las terrazas y, ver de cerca, el rosetón mayor, uno de los más grandes del gótico europeo. A su vez, el recorrido ofrece una panorámica de la ciudad de Palma.
La visita comienza junto al portal de la Almoina. De aquí parte una escalera de caracol que asciende por el interior del campanario, una construcción con historia propia. Entre los siglos XV y XVIII, aquí se refugiaban fugitivos que huían de la violencia. En la Sala Mitjana se observan algunos de los restos que dejaron estos inquilinos, como cuenta Catalina Mas, Conservadora de la Catedral de Mallorca. “Se pueden contemplar grafitis e inscripciones de toda la gente que ha vivido aquí. Son del siglo XV y hasta el XVIII, aunque los más importantes corresponden a los siglos XVI y XVII, las épocas con más conflictos y revueltas en la historia de Palma. Era gente que huía de la violencia y se acogía a lo Sagrado”.
Tras visitar esta estancia, se accede al nivel superior, a la sala de las campanas. El conjunto, formado por nueve campanas góticas, es uno de los más grandes de Europa. De las nueve, cuatro son originales, de 1312, las otras cinco han sido refundidas en siglos posteriores, entre ellas la más grande, N’Aloi, con 4.670 kilogramos de peso.
El campanario desemboca en la terraza norte de La Seu, un lugar con vistas privilegiadas: desde este punto se contempla toda la ciudad de Palma, con sus iglesias, conventos y edificios singulares, y la vista se extiende hacia el Ensanche y la Sierra de Tramontana. Esta panorámica desde las terrazas comparte protagonismo con elementos mucho más cercanos como el rosetón mayor que, según Mas, “con casi 100 metros cuadrados de superficie, es uno de los rosetones más grandes del gótico europeo”. Además, durante la visita se aprecian otros elementos arquitectónicos imposibles de observar de otra manera, entre ellos, los escudos de la dinastía de los reyes de Mallorca, colocados alrededor del rosetón mayor y gárgolas de diferentes épocas, que datan desde los inicios de la construcción hasta el siglo XIX. “Todos estos detalles, a 30 o 40 metros, indican que fue una obra creada para que fuese contemplada a los ojos de Dios, algo típico de las construcciones góticas, de la Edad Media”.
La visita continúa por la terraza sur, una parte de la cubierta orientada al mar y a la Bahía de Palma. El vínculo entre el Mediterráneo y la Catedral es grande ya que, como afirma Catalina Mas, “no sucede en ningún otro lugar del mundo que la catedral esté tan cerca del mar”. Por mar, precisamente, trajeron los materiales para su construcción.
Tras ascender por la torre sur, el recorrido concluye en lo más alto, en la zona de la fachada principal, entre el rosetón y el hastial. Desde este punto, se aprecia el conjunto escultórico de la Asunción de la Virgen y los detalles de la fachada, construida en el siglo XIX, en estilo neogótico, tras el desmoronamiento de la original.
El recorrido, de una hora de duración, cuesta 12 euros y se puede reservar en la página web de la Catedral. Cada día, de lunes a viernes, se ofrecen seis visitas guiadas; los sábados tres.
Con 900.000 visitantes anuales, La Seu es uno de los diez monumentos más visitados de España y el más popular de Palma y del archipiélago balear. Desde ahora, también se podrá conocer otra de sus caras. La de más arriba.