Pasar al contenido principal
Este miércoles inaugura muestra “De hilados y Cobijos” en Córdoba
14July
Noticias

Este miércoles inaugura muestra “De hilados y Cobijos” en Córdoba

El miércoles 15 de julio a las 19 horas, en la Sala Ernesto Farina de la Universidad Provincial de Córdoba —Ciudad de las Artes, Av. Pablo Ricchieri 1955—, inaugura la muestra “De hilados y Cobijos”, patrimonio textil del Fondo Nacional de las Artes.

 

Organizada por el Fondo Nacional de las Artes, la Universidad Provincial de Córdoba a través de su Secretaría de Extensión Universitaria; y el Museo Iberoamericano de Artesanías de la Municipalidad de Córdoba; la exhibición se podrá visitar con entrada gratuita hasta el sábado 29 de agosto, de lunes a viernes de 9 a 20 h, y sábados de 18 a 21. Habrá visitas guiadas y/o grupales para escuelas y público general que deben solicitarse anticipadamente vía e-mail a salafarina.upc@gmail.com.

 

Esta importante muestra sale por primera vez de la ciudad de Buenos Aires, ofreciendo en Córdoba la posibilidad de apreciar un conjunto de 148 piezas realizadas por talentosos artesanos de todo el país. Sus curadoras son Mirtha Presas, directora del área Artesanías del Fondo Nacional de las Artes; y Lucila Pesoa, conservadora y restauradora del FNA.


La exposición fue presentada recientemente en la sede del Fondo Nacional de las Artes, entidad que recuperó estos textiles representativos de las diversas áreas culturales del país, ahora integrantes de su patrimonio.

 

Mirtha Presas afirma: “En cada textil, adivinamos un hilo que viene de lejos, que ha sido universalmente urdido y tramado para el cobijo, un hilo de la memoria, de la identidad, de la pertenencia, que llega hasta nuestros días a veces intacto y otras anudado”.

 

Y agrega: “Esas tramas y urdimbres guardan las transmisiones de antiguas técnicas aprendidas desde la infancia, conservadas y legadas amorosamente de generación en generación. También las historias de vida de hombres y mujeres  de estas y otras tierras, pacientes y exquisitos. Historias de luchas, de supervivencia, de anonimatos a veces y de reconocimientos otras. Se trata de escarmenar, hilar fibras animales y vegetales, teñir, urdir y tramar en una variedad notable de telares, usando  viejos diseños, que guardan secretos de familias y comunidades; de combinar los  colores, en las mantas listadas, o bordadas, en los ponchos tradicionales del color de la tierra o teñidos, cuyas iconografías denotan el uso masculino o femenino, tejidos para un jefe o un chamán que deben compaginar, u ordenar los tiempos y espacios reales y cósmicos de una comunidad”.

 

Más sobre la muestra


El valor de estos tejidos de la colección del FNA reside en que, en su inmensa mayoría, fueron adquiridos entre los años 1967 y 1975, cuando todavía se producían prioritariamente para autoconsumo o trueque. Por entonces los hacedores eran conocidos por sus oficios de  teleros, sogueros, herreros, etcétera.

 

Estos textiles evidencian formas, tamaños y funciones que remiten a las diversas culturas que los elaboran y dentro de las cuales tienen sentido. Cada contexto provee de fibras, instrumentos y telares, técnicas, diseños, usos, formando un bagaje de conocimientos, procedimientos y un universo de significados que conforman su identidad. Y la muestra en la Sala Farina conducirá a esas distintas geografías.

 

Así, de las pastoras y tejedoras de la Puna se exhibirá su herencia andina en laboriosos y meticulosas chuspas para guardar las hojas de coca necesarias en sus alturas, y fuertes fajas que cuidan su cuerpo de los esfuerzos de siembras y pastoreos.

 

Se verán piezas de las habitantes del Gran Chaco: ellas procesan fibras vegetales para sus bolsas de carga y tejidos en telar donde, con hilos de distintos colores, plasman imágenes de frutos y animales de la selva, de forma semejante a sus parientes del norte, en la región amazónica.

 

En el Sur, las mapuche ("gente de la tierra") se protegen del viento y del frío con apretados tejidos donde laborean complejas figuras, en paralelo a sus hermanas de la Araucanía chilena. Un código interno indica qué prendas y cuándo las deben usar hombres o mujeres.

 

En estas etnias se utilizan instrumental y telares indígenas: de cintura, estacas o de piso y verticales. El telar de origen español es utilizado por los hombres en la Puna, en la confección de barracanes, frazadas y ponchos. Desde el noroeste al centro del país, desde la cordillera a la llanura, las teleras criollas han recogido influencias españolas e indígenas. Su variado repertorio incluye tanto finísimos tejidos en vicuña como pesados puyos, frazadas y colchas floreadas que los hijos emigrantes llevarán como cobijo maternal.

 

En cada región hay peleros para el lomo del caballo y alforjas para el transporte. Además de ponchos propios, con colores y terminaciones que los distinguen, con guardas listadas, laboreadas, atadas. Por su parte, manos diestras continúan la tradición de encajes aprendidos en la colonia, dando cuerpo con delicados hilos a las randas tucumanas y correntinas, al miñardí, frivolité y bolillo. Estas piezas evocan un mundo que ya no es igual y saberes a veces perdidos.

 

De colocar en las fajas tantos mensajes  acerca de la vida de sus portadores que van acunando códigos que se pierden en el tiempo, la manta de vicuña que los abuelos heredan a sus descendientes, es un verdadero tesoro textil de estas tierras.

 

La colección  del Fondo Nacional de las Artes es un patrimonio amorosamente seleccionado, conservado, y guardado celosamente, apenas mostrado. Su reciente sistematización, puesta al día del fichaje y fotografiado de cada pieza, más un prolijo trabajo de conservación, culmina en esta muestra, que es una caricia.

 

El deseo es compartirla  con investigadores del textil, artesanos y con el público sensible, que se sorprenderá ante  la contundencia de la cosa “bien hecha”, ante la multiplicidad de las técnicas la variedad de cada región argentina.