Por: Adalys Pérez
De una definición del séptimo arte hecha por el director francés Abel Gance, pionero del cine mudo, toma el título la exposición La música de la luz de la artista camagüeyana Aziyadé Ruiz, abierta por estos días en la sala del 23 y 12, sede de la Cinemateca de Cuba, como parte del programa colateral de la XII Bienal de La Habana.
Al carácter interdisciplinario de esta edición del magno evento de las artes visuales apela la muestra, integrada por siete obras de mediano y gran formato en acrílico sobre lienzo, en las que la artista alude a producciones nacionales que le reafirmaron su pasión por el cine, ya despierta desde la infancia en el lunetario del agramontino Casablanca.
Paisaje galáctico para Suite Habana, Roble de olor, Perdida (dedicada a Retrato de Teresa), Miel para Oshún, Un día de noviembre con Brower y Solás , Nacida de una lágrima (inspirada en las divas del período silente) y El Mégano, son las piezas que nos presenta quien cursó estudios de pintura en la Escuela Profesional de Arte de Camagüey y de grabado en el Instituto Superior de Arte.
En esta exposición, que se suma a las 19 personales y 60 colectivas en las que ha participado, Aziyadé Ruiz tiene como invitada a Yadira Escobar, artista de formación autodidacta residente en Miami, donde mantiene vivo su amor por la Isla y la cultura cubana.
De ella se exhibe una trilogía compuesta por las obras tituladas Casablanca, un homenaje al inolvidable filme dirigido por Michael Curtiz en 1942; Luces de la ciudad, en tributo a Charles Chaplin y Nosferatu, una referencia a la antológica cinta rodada por Friedrich W. Murnau en 1922.
Fuente: Cubarte