La Habana.- La artista argentina de la plástica Matilde Marín exhibe el faro del fin del mundo dentro de El manto del océano, un curioso work in progress en la XII Bienal de La Habana.
La noticia del desuso de los faros conmocionó a la Marín hace 10 años y desde entonces comenzó este trabajo que no sabe cuándo concluirá.
Un día leo en los periódicos que en muchos países los faros iban a dejar de funcionar, porque su mantenimiento se considera un costo económico alto y la tecnología GPS cubre las necesidades de localización, relató en entrevista exclusiva con Prensa Latina.
El impacto de esa sentencia la motivó a investigar el origen etimológico de faro y en la necesaria retrospectiva llegó al griego antiguo, donde la palabra pharus designa a la luz que guía el destino de los hombres.
Me dio tanta tristeza la anunciada desaparición de la guía del destino de tantos hombres que empecé a buscar faros emblemáticos en el mundo, con una historia interesante detrás y he tratado de llegar a una parte de ellos, confesó.
La inquietud originó una serie de la cual eligió una pieza para exponer en la XII Bienal de La Habana, el más trascendental evento de las artes plásticas en Cuba.
El manto del océano es un colach de gran formato exhibido a partir de este lunes en una de las aulas de la Academia Nacional de Artes San Alejandro.
La variedad de tonos en la pieza proviene de un estudio de la autora sobre el color de los mares antiguos y modernos e incluye al centro una imagen en blanco y negro del faro del fin del mundo, como se le conoce al faro de San Juan de Salvamento, situado en una isla de la Patagonia argentina.
Aquel artefacto ganó su apodo tras la publicación de la novela homónima del dramaturgo francés Julio Verne, quien la escribió allí mismo.
Este es el único faro que queda fuera de la gran masa del continente y para llegar al lugar tuve que ir en un avión muy pequeño, cuatro horas de viaje sobre el mar hasta la islita deshabitada, contó.
Al llegar, descubrí las razones de Verne para describir la fiereza de los mares pues en aquel sitio se confunden los océanos Atlántico y Pacífico, el oleaje es fuerte y predominan los colores oscuros, como algunos papeles que están allí, dice y en el instante apunta a su cuadro.
Marín sabe que el arte no cambiará el mundo pero está convencida de que los artistas pueden y tienen la capacidad de mostrar y señalar cosas de una manera diferente.
Cuando trabajo, trato de aproximarme a los lugares y tengo una serie sobre los faros que mucho me satisface, ahora aprovecharé la estancia en la Habana tal vez para incorporar el de esta ciudad a esa colección, aseveró.
Fuente: PL