El célebre bailarín ruso Vladimir Malakhov , de visita en Cuba durante los días anteriores, expreso su amor por la isla al mismo tiempo que expresaba querer construir nuevos puentes entre esta isla y Rusia a través de la danza pues, alegó, tienen una historia en común muy fuerte.
“Estoy muy feliz de volver: después de mis funciones en el Gran Teatro de La Habana en 2010 me quedaron muchos deseos de regresar a los escenarios cubanos y ahora el sueño se hizo realidad, agregó.”
El viernes y sábado el artista de origen ucraniano actuó en el teatro Eddy Suñol, de la ciudad de Holguín, ubicada a unos 743 kilómetros al sureste de la capital.
Bajo el título Un regalo de Malakhov, este veterano de la escuela rusa abrió y cerró el espectáculo, en el cual también participaron la compañía cubana Codanza y el Ballet de Cámara de Holguín, entre otras.
Malakhov interpretó Voyage, pieza de estilo neoclásico realizada especialmente para él por el coreógrafo italiano Renato Zanella, pues de su profesión lo que más detesta el bailarín son los viajes.
También desplegó su virtuosismo en el solo de La muerte del cisne, una versión con aires modernos en la cual aparece sobre escena apenas vestido y muestra sus excelentes condiciones físicas.
Al día siguiente, Malakhov realizó una clase magistral sobre coreografía y técnicas de la danza, para exponer su visión personal del ballet clásico.
Malakhov obsequió al ministro de Cultura de Cuba, Rafael Bernal, las zapatillas que utilizó en su más reciente presentación en la Ópera de Berlín.
La creación y organización del espectáculo corrió a cargo de Paul Seaquist, uno de los grandes empresarios del ballet europeo, quien agradeció el apoyo de Codanza, dirigida por Maricel Godoy.
Malakhov ha sido primera figura de prestigiosas compañías como el American Ballet Theatre, de Nueva York; el Tokio Ballet, el Ballet Clásico de Moscú, la Ã"pera de Viena, el Stuttgart Ballet, de Alemania; y el Ballet Nacional, de Canadá.
Graduado de la escuela rusa de Bolshoi, resultó el Bailarín Principal más joven de la historia y posee entre sus múltiples reconocimientos el máximo galardón del certamen Benois de la Dance.
El artista es director artístico y coreógrafo del Ballet de la Ópera de Berlín, y a partir de agosto de 2014 asumirá la dirección artística de la Ópera de Tokio y el Tokio Ballet.
En el día de hoy se le realizó una despedida en el Hotel nacional de Cuba donde se le concedió la orden Huesped Ilustre junto con un bastón de obsequio.
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