Desde el Muelle Melbourne Clark, se retiran los últimos implementos utilizados en la exposición Destino de SACO8. Queda todavía un periodo de evaluaciones y autocrítica para medir los alcances de las diversas actividades realizadas durante el año. Pero aunque públicamente, el proceso parece terminar en Antofagasta, para dar pie a una nueva edición del Festival de Arte Contemporáneo, lo cierto es que los efectos y consecuencias de un evento que concita la presencia de 40 artistas de 15 países y de más de 45 mil visitantes (considerando la exposición en el Muelle y las del circuito museo sin museo), están lejos de tener un cierre tácito, pues su final no es si no el inicio de procesos significativos y potentes para la proyección y el desarrollo de los artistas que estuvieron presentes en SACO y sus acciones posteriores en diferentes formatos y espacios, enriqueciendo no solo su visibilidad en el mundo sino que también la del Festival.
Más allá de las exposiciones, uno de los pilares de SACO es establecer una sólida red de interacciones entre artistas invitados, jurados, curadores, la organización, mediadores, docentes y talleristas, con el fin implícito de potenciar el desarrollo de sus proyectos y visibilizarlos en otras partes de Chile y el mundo, generando las alianzas que permiten estos avances.
Los ejemplos de este devenir son recurrentes. Entre el 18 y el 20 de octubre, el bioartista argentino Joaquín Fargas estuvo presente en MakerArtFaire de Roma invitado por Quo Artis, junto a sus obras de arte Glaciator y Rabdomante.
Glaciator, producido por Quo Artis, es un robot que ayuda a compactar y cristalizar la nieve antártica, retrasando su deshielo, mientras que Rabdomante fue creado durante la residencia de Fargas en el Desierto de Atacama, en el marco del SACO8; otro robot que se plantea un gran desafío: extraer agua de la atmósfera en lugares donde esta escasea. Las obras de Fargas no solo estuvieron expuestas en Italia, sino que también en las salas de Central de Procesos, un espacio cultural participativo de San Isidro (Argentina), junto a otros experimentos del bioartista, en la muestra-experiencia: 500+50. Proyecto Utopía. Con ello, una obra generada a partir de la invitación de SACO a Fargas para explorar las posibilidades de obtener agua en el lugar más seco del mundo, se convierte en una pieza que lleva a otros lugares del mundo, esta experiencia.
Por otra parte, Movimientos de agua (Vattenrörelser), se constituye en una muestra colectiva en la que participan las artistas chilenas Carolina Aurora, Luna Cruz, Fernanda López y Constanza Thiers que fueron invitadas por Juan Castillo, curador de la muestra, a esta residencia de arte Airemot (Suecia). Las obras producidas en el marco de esta experiencia, fueron expuestas en la Embajada de Chile en el país nórdico desde el 1 al 25 de octubre, en el marco de un proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART) 2019.
Tres de estas artistas, Carolina Aurora, Fernanda López y Constanza Thiers, se encontraron con Castillo, artista chileno radicado en Suecia, al ser participantes de los módulos del laboratorio Desiertos Intervenidos II, realizado en el Instituto Superior Latinoamericano de Arte (ISLA) de Antofagasta, entidad que también acoge SACO. Este encuentro fue la génesis para que las artistas fueran invitadas al país escandinavo con el fin de formar parte de esta muestra colectiva.
A estas acciones, se suma lo ocurrido el viernes 11 de octubre, cuando se inauguró Cartografía de un futuro incierto del argentino Guillermo Anselmo Vezzosi en el consulado de ese país en Antofagasta, institución que permitió la visita del artista y construcción de la obra, que actualmente se expone dentro del consulado, en una instancia generada a partir de la pieza que Guillermo expuso en el Muelle Melbourne Clark, en la exposición Destino de SACO.
El artista fue invitado formalmente por la Cónsul Ana Carolina Massuh a construir y exponer esta obra complementaria, la que fue donada al consulado “para generar un vínculo con la ciudad de Antofagasta y materializar las ideas enunciadas en la exposición anterior que evidencian un manifiesto por la situación crítica actual ante el futuro incremento del nivel del mar en todo el mundo como consecuencia del derretimiento de los polos”, en palabras de Vezzosi.
La obra se sitúa dentro del proyecto global Cartografías de un futuro incierto, que busca generar una serie de mapas que permitan reconstruir la imagen de determinados territorios que se verán afectados por el incremento del nivel del mar en el futuro, como consecuencia directa del calentamiento global.
Andrés Vial, codirector de Espai Colona en Chiloé y jurado de SACO8, afirma que “las exhibiciones generalmente las planteamos como un final, como una instancia de concreción respecto de un proceso previo, el que vemos concretado en la antes mencionada muestra. Pero, ¿qué pasa si esa instancia la comenzamos a repensar como un proceso, como una nuevo espacio de duda presentado principalmente por el contexto, tanto formal del espacio como social, si pensamos en quienes serán sometidos a dichos estímulos?”
Por ello, estas son estas instancias de encuentro, diálogo, formación y trabajo como las gestadas en el norte de Chile por ISLA y SACO, con la participación de artistas y curadores consagrados en el país y otros lugares del mundo, las que reafirman la importancia de construir puentes y abrir puertas para potenciar el desarrollo artístico local y en el contexto sudamericano, así como también su proyección el otros lugares del mundo.
SACO no termina con el fin de sus exposiciones; el circuito ligado a los artistas que proyectan sus obras no solo abarca al público directo, cuantificable del Festival, sino que suma un cifra casi imposible de medir y en constante aumento mediante la exposición de estas obras en otros puntos del orbe, alcances insospechados generados a partir de los puentes que se tienden entre los artistas, la organización de SACO y los círculos concéntricos que los rodean.