En la galería Nuno Sacramento una esfera rosada llama la atención de los visitantes. Tiene rostro, patas y una sonrisa peculiar…la de Killa was here. Se trata de la mayor obra del artista portugués de 26 años que retrata su reflexión en torno al amor tóxico. Killa was here es su alias y la escultura que presenta lleva el nombre de Melting Killa Toxic Love.
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Realizada en 2021 a partir de la impresión 3D, el protagonista resulta una derivación del universo creado por el joven en graffitis, dibujos y pinturas, formatos que le han dado vida a una serie de personajes como: Smile, el osito Killaz, e incluso las mariposas metamorfoseadas, quienes encarnan los pensamientos de su autor sobre la muerte y el amor.
En el caso de Melting Killa “quise representar a una esfera perfecta que se derrite para dar la idea de un amor que nos destruye”, explicó a Arte por Excelencias.
El arte de Killa deviene una experiencia muy personal, no solo al plasmar su visión en las piezas, sino porque es muchas veces un personaje más de su arte. “En esta serie he usado también radiografías mías, como símbolo de la transparencia de mis creaciones, de que lo que hago es real y honesto con mi forma de ser y pensar”, añadió.
Todo el mundo creativo de Killa ha sido un proceso. Tal como un ser vivo, se ha ido construyendo por partes, las manos, la cabeza. Cada cuadro cuenta una historia sobre él, por lo general contrastando matices muy coloridos y llamativos con mensajes o motivaciones, quizás no tan felices como aparenta la imagen.
“Me encanta pintar en lienzo, madera, hacer mi obra en varios formatos”, comentó el portuense que ha ido dejando su sello sonriente en dibujos y cerámicas.
Killa viajó hasta Art Madrid 2024 con una representación de su quehacer más reciente, y adelantó que la serie crecerá pronto, y probablemente con un mensaje feliz.
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