Quizás por la clara referencia a la novela del francés Boris Vian algunos centrarán su curiosidad. Sin embargo, no se trata de una historia irreal con decepciones y suicidios; La espuma de los días, ópera prima del cubano Fernando Timossi; comparte título con Vian, pero está centrada en la camaradería, en la amistad y en el ser humano que convive a diario con una realidad que lo condiciona, pero que no lo determina.
Cuatro amigos de la infancia ─protagonizados por el famoso actor argentino Gastón Pauls, y los cubanos Lieter Ledesma, Hugo Reyes y Frank Egusquiza─ que viven en el barrio de Casablanca, han sido los guardianes y protectores de una cofradía que enfrenta ahora la supervivencia cotidiana y los avatares de uno de sus miembros que, acabo de salir de la prisión, es amenazado por el hermano de la víctima a quien este asesinara años atrás.
Con este argumento llega este filme al 41 Festival Internacional del nuevo Cine Latinoamericano en el apartado A sala llena. Su equipo de trabajo estuvo compuesto por el director, quien también asume el rol de la dirección de fotografía y el guion; y la producción de RTV Comercial. Para argumentarnos sobre esta pieza en exhibición nos acercamos a su director:
“Esta película de alguna manera es un guiño adolescente, una remembranza a los grupos de amigos que se “dan cuerda” unos a otros. La amistad es algo necesario, como lo es la decencia, característica en estos personajes que viven esa periferia geográfica y social. Pretende ser un homenaje a la amistad, a lo que ha sido Cuba, esa hermandad entrañable que hace reír y hace llorar”.
Y justo sobre esta idea, uno de sus protagonistas, Gastón Pauls, comenta durante su estancia en el Festival: “Yo me sentía jugando como un niño, Tuve mucha libertad para trabajar, y aunque el acento que conseguí era (según referencias) dominicano completamente, la actuación, ya sea en otro tono, en otro idioma o en otro acento termina siendo muy inocente. Recuerdo que cuando empecé a trabajar en el personaje, y vi que había un guion muy bien escrito, que estaba muy claro por dónde era que debía ir, y trabajé en base a conseguir ese cubano auténtico que se requería. Sin embargo, hoy puedo decir, luego de su proyección, que ver a las personas disfrutarla tal y como yo es para mí el verdadero éxito”.
Y es que esta complicidad natural entre sus personajes es lo que nos lleva a extrapolar ideas y conceptos, tal como el crítico de arte Daniel Céspedes señalara durante la presentación del filme; La espuma de los días “no es una película nacionalista ni patriotera, sino cubana, donde Timossi cuida que lo situacional o contextual no sofoque a sus personajes; que son cotidianos, con sus conexiones presentes y donde por supuesto Timossi apuesta por eso de que la amistad existe en virtud de las diferencias humanas”.
Estamos en presencia de una historia de inicio a fin configurada con personajes comunes que se desarrollan en un entorno popular como cualquier otro cubano de la realidad. Timossi ha apostado por llegar desde esa naturalidad a eso que compartimos todos los isleños y que nos identifica, casi inconscientemente. Sobre esto, Céspedes vaticina lo que para cualquier espectador debe ser, desde hoy, una premisa al entrar a la proyección de este filme:
“Estamos frente a un director que merece se haga un alto para ver qué nos quiere decir de nosotros, de él mismo, pues se incluye como un cubano consciente que habla de una época, de generaciones coterráneas y por fortuna distintas, sin caer en facilismo expositivo a nivel de parlamento y sin renunciar a la picardía y peculiaridad adecuadas”.
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