Para el desarrollo de sus conceptos curatoriales, Factoría Habana suele en ocasiones emplear más de un proyecto expositivo. Tal es el caso de la anunciada trilogía In itínere que estaría integrada por las muestras Convergencias, Divergencias: paradigma líquido y Conexiones, de las cuales sólo se realizaron las dos primeras en el segundo semestre del pasado año.
De ahí que algunos hayan sido sorprendidos este viernes con la apertura en el programa oficial de la XIII Bienal de La Habana de Intersecciones, también curada por la Dra. Concha Fontenla, directora-fundadora de esa institución perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad.
En la dialéctica propia de todo proceso creativo, descansa el surgimiento del nuevo proyecto en el que participan, junto a los diseñadores Gonzalo Córdoba y Luis Ramírez, protagonistas de Convergencias; y Rafael Villares, autor de las piezas de Divergencias; otros 11 artistas cubanos; cuatro mexicanos y dos africanos.
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La repercusión que tuvieron en el público aquellas exposiciones de 2018, motivaron que los tres creadores fueran invitados ahora a participar de la muestra preparada para la cita habanera, según destacó a Arte por Excelencias la propia Concha Fontenla, quien definió así su más reciente trabajo:
“Intersecciones, como bien dice el término, trata de establecer relaciones, puntos de unión entre las diferencias.
Respetando las diferencias o entendiendo que somos o debemos ser diferentes, se seleccionaron tanto los lenguajes de raíz conceptual de los artistas cubanos de la planta baja; como las relaciones entre la artesanía, la arquitectura y la tecnología, en la primera planta; como las problemáticas de África contemporánea en la segunda. Y también entre sí, entre los diferentes niveles de la exposición hay puntos de encuentro”.
Para la planta deparada al nigeriano Ayọ̀ Akínwándé y al senagalés Athi-Patra Ruga, la curadora reclamó la colaboración de dos colegas especializadas en las problemáticas contemporáneas del también llamado Continente negro: la caboverdiana Isabel Moura y Natalia Palombo, del Reino Unido.
En una especie de inmenso túmulo o lugar de enterramientos, hecho con los escombros dejados por el tornado que afectó en enero pasado a varios municipios habaneros, consiste la pieza de Akínwándé; en tanto que de Athi-Patra Ruga se muestra el video de un performance que aborda el tema de la homosexualidad en el África de estos tiempos.
“Para mí el interés era incorporar lo que está pasando allí y ahora. Son dos países, Nigeria y Senegal que han sido emisores obligados; pero emisores, al fin y al cabo, de nuestras raíces culturales”, explicó.
Por la parte cubana participan también en Intersecciones obras de Alexandre Arrechea, Iván Capote, Yoan Capote, Marco A. Castillo, Antonio E. Fernández (Tonel), Carlos Garaicoa, Dagoberto Rodríguez, Fernando Rodríguez, Gustavo Pérez Monzón, Clara Porset y el Premio Nacional de Artes Plásticas José A. Toirac; a los que se suman las de los mexicanos Andrés Klimek y Sergio Donis, Amor Muñoz y Lucila Aguilar.
“Hemos pensado que, dada la experiencia adquirida en estas otras tres, la exposición que quedaba a continuación, Conexiones, es mejor que venga después. Realmente, estas Convergencias, Divergencias e Intersecciones, nos dan lugar a miles de conexiones; a no establecer barreras de disciplinas, a poder trabajar en colectivo; algo que sabemos hacer tan bien en este país”.
Concluye la Dra. Concha Fontenla, como reafirmando la vocación experimental y multidisciplinaria de Factoría Habana, de plácemes en estas jornadas de la XIII Bienal.
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