Grimanesa Amorós: “Desde muy joven he querido tener una gran comunicación con el público”

Grimanesa Amorós nos atiende desde su estudio en Nueva York. Allí son las 8:00 de la mañana, en Madrid las 14:00. La entrevista, como ya imaginarán, es a través de una videollamada, lo que siempre hace que se pierda hasta cierto punto la naturalidad de una entrevista presencial. No importa. La oportunidad de charlar con ella sobre su proyecto SCIENTIA hace de la plataforma Zoom una buena cafetería improvisada. Pero sin ruido, sin sillas arrastrándose. Algo bueno habían de tener estas nuevas tecnologías.

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En torno a la tecnología gira también su obra, que lleva varios meses expuesta en el atrio de Azkuna Zentroa, en Bilbao. A raíz de The Wellbeing Summit for Social Change (La Cumbre de Bienestar para el Cambio Social), que se celebró en la capital de Vizkaya entre el 1 y el 3 de junio, la artista peruana presentaba su escultura SCIENTIA, pensada para convivir con la arquitectura del espacio Azkuna, y con un importante mensaje social detrás. Charlamos con ella para conocer más acerca de su proyecto en Bilbao y de su larga trayectoria en el mundo del arte.

¿Qué supone para ti volver a traer una obra a España, tras pasar por Madrid allá por 2013?

He tenido siempre un gran apoyo del público en España, por lo que estuve también en otras varias ocasiones en el pasado. Hay una gran percepción acerca de la expresión a través de las esculturas y por lo que estas quieren transmitir, de manera que para mí es fantástico exponer en España. Siempre me impresiona la curiosidad que tienen los habitantes de todo el país por el arte, no solamente por las artes visuales sino también por la danza, la performance… Es realmente admirable.

Tus obras giran, en muchas ocasiones, alrededor de la cuestión de la luz, ¿qué hay en ella que te interesa tanto?

Lo que más me interesa de la luz es la magia que tiene y lo que crea en el entorno. Lo más importante es su aspecto efímera, ya que por más que quieras tomar un momento de esa secuencia de luz, no puedes. La luz sigue fluyendo. La escultura física te da la oportunidad de ver esa secuencia de luz, y al mismo tiempo es una atracción constante. Esa parte efímera siempre me ha fascinado, y continúa haciéndolo.

“En España hay una gran percepción acerca de la expresión a través de las esculturas y lo que estas quieren transmitir”.

Además, también sueles incorporar elementos como tecnología, vídeo y elementos electrónicos, ¿cómo de importante es para ti una obra la cuestión de la inmersión?

Es realmente importante, porque vivimos en un mundo en el que tenemos muchísimas distracciones. Cuando una persona va a ver una instalación que he creado, puede reparar en que hay muchos elementos en los que pongo una gran atención desde el momento en el que entras al espacio, ya sea un lugar público, un museo o una exposición. Son varios elementos los que te van a ayudar a esa inmersión, no solo la relación que tiene la pieza con la arquitectura sino también otros aspectos, como la manera en la que se mueve la secuencia de luz, los colores que tiene, la forma en la que se comunica con el espacio, etcétera.

“Lo que más me interesa de la luz es la magia que tiene”.  

¿Cómo fue el proceso para adaptar tu obra a la instalación del atrio del Azkuna Zentroa?

El espacio Azkuna está localizado en el centro de la ciudad, y alrededor tiene toda una comunidad. Es un lugar muy accesible, no solo para las personas que viven en Bilbao, sino para un público global, ya que la ciudad recibe una gran cantidad de tráfico internacional. Para mí era muy importante entender la ciudad y cómo vive la gente en Bilbao. Es por ello que me fijé en la arquitectura del centro Azkuna. Por ejemplo, la forma en la que está abierto es muy interesante, ya que tiene cuatro puertas de entrada diferentes. Además, el arquitecto que lo construyó puso bastante interés en las grandes columnas de las que dispone el espacio.

Es por ello que pensé que una pieza podría tener allí una gran comunicación con la propia arquitectura de Azkuna Zentroa. Así comenzó mi trabajo, que se caracterizó por un gran estudio en el que analizo cuál es la parte apropiada para exponer la pieza. Eso es bastante importante para mí, pero también influye, por ejemplo, la historia de Bilbao. Son varios elementos los que tengo en cuenta antes de comenzar con una pieza.

No eres una artista que suela exponer en galerías, sino más bien en espacios públicos, ¿cómo escoges los lugares en los que quieres exponer una obra?

Como artista, uno tiene que saber siempre lo que quiere. Yo siempre he querido, desde muy joven, tener una gran comunicación con el público. No quería hacer pinturas o esculturas que se quedaran en un armario. Para mí, la comunicación con las personas siempre ha sido esencial, y esto te da una guía sobre los lugares en los que quieres exponer tus obras. En mi caso, tengo la suerte de que las personas me ofrecen un espacio y me piden que exponga ahí. Siento bastante confianza en mi trabajo por parte de estas personas, ya que entienden que voy a dejar el 100% en ese proyecto.

¿Hay un cierto propósito de hacer más accesible el arte en esta decisión?

Definitivamente. El arte es mi modo de contribuir al mundo. Siento que tengo la posibilidad constante de hacer pensar a las personas, y al hacerles pensar, eso les inspira. Este proceso puede ayudarte a reflexionar acerca de dónde estás o hacia dónde quieres ir. Es por eso que es tan importante para mí comunicar a través del arte.

En muchas ocasiones se te presenta como una artista que “se inspira en importantes legados culturales, pero que, sin embargo, no tiene una visión nostálgica de sus temas”, ¿cómo abordas la cuestión del legado cultural?

Todo comienza a partir del patrimonio cultural que he ido adquiriendo a causa de vivir en el extranjero durante tanto tiempo. La parte comunitaria es extremadamente importante, y hay que entenderla antes de hacer cualquier pieza. Por ejemplo, en la exposición que lleve a cabo en 2013 en Tabacalera, muchísimas personas llegaban a ver la pieza y se quedaban quedando conversando conmigo cuando estuve allí. Siempre me gusta quedarme durante cinco días tras la inauguración de una exposición, de manera que puedo conversar con las personas directamente. Eso es para mí muy importante, de la misma forma que trabajar codo a codo con las personas que se encargan de la instalación, lo que te da una primera impresión sobre la comunicación que voy a llevar a desarrollar en ese lugar.

Uno de los objetivos de la obra que presentas en Bilbao es promover el bienestar y el compromiso comunitario, ¿cómo de importante es para ti abordar cuestiones sociales a través de tus proyectos?

Es esencial, porque es de esta manera como nos damos cuenta del impacto que podemos tener en una comunidad. Tiene que haber esta interactividad comunitaria, para que hagamos pensar de forma diferente a las personas. Como seres humanos, somos una entidad. Tanto nuestra parte física como emotiva tienen que estar balanceadas. Pensar en bienestar nos hace reflexionar sobre nuestra vida y quizás, aportar cambios a ellas.

“En la actualidad, ha despertado la conciencia de tener una buena salud emocional y física”.

¿Ha cambiado el protagonismo del bienestar y de la salud mental en la sociedad actual?

Absolutamente. Hace años jamás se habla del bienestar. Hoy en día se trata en muchos espacios. Luego, el hecho de aplicarlo depende de cada persona. Yo fui consciente de la importancia del bienestar en mi vida desde los 15 años. Empecé a reparar en lo importante que era, por un lado, tener momentos para pensar en lo que había hecho durante el día y, por otro lado, de qué manera quería nutrir mi cuerpo.

En la actualidad, ha despertado la conciencia de tener una buena salud emocional y física. Aunque todos estos movimientos a favor del bienestar y de la salud mental tardan en aplicarse de forma masiva, estos proyectos son sin duda un buen comienzo.

¿Qué papel puede tener el arte en ello?

El arte hace que estas ideas fluyan más rápidamente. Te pongo un ejemplo: al centro Azkuna vienen miles de personas a ver mi escultura, por lo que te puedes imaginar lo rápido que esta obra puede transmitir a las personas nuevos mensajes e inquietudes. Además, lo visual entra en nuestra mente de forma muy rápida, y se queda bastante tiempo en nuestro pensamiento, por lo que es muy importante la difusión a través de las artes visuales.