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Termina la proyección del documental Babenco. Alguém tem que ouvir o coração e dizer: parou, se encienden las luces en la primera sala del Multicine Infanta y la presencia de Barbara Paz, su directora, nos provoca ir a su encuentro y abrazarla para desatar el torrente de emociones que nos ha provocado la obra que ha traído al 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

Entre lágrimas revela haberse prometido no asistir más a la puesta en escena de su filme, sin embargo, no ha podido resistir. Se hace recíproco el sentimiento y sólo conseguimos agradecerle este momento íntimo y sincero que ha decidido compartir al llevarlo a una dimensión universal.

 

CArtel del documental “Babenco. Alguém tem que ouvir o coração e dizer: parou”

 

El documental es una profunda inmersión en el torbellino de emociones que vivieron ambos en la lucha por la vida. Sentimos lo que te motivó a realizarla, pero nos gustaría saber de dónde vino la idea. ¿Fue un pedido de Babenco que la dirigieras?

Aunque sea conocida como actriz, he dirigido varios cortometrajes y programas de televisión sobre cine; siempre quise hacer un largometraje y este es mi primer documental. Precisamente es este sueño en el que creyó Héctor Babenco; en realidad él confió siempre mucho en mí, me decía que no era solo una actriz, sino que podía llegar más allá, que confiara en mí misma; la confianza fue lo más importante que me dejó. Por tanto, pienso que este es solo el comienzo de mi carrera como directora en el audiovisual.

 

Bárbara Paz

 

Vuestra relación no fue sólo profesional ¿Cuántos años estuvieron juntos?

Fue una relación de nueve años, hicimos muchos proyectos: dos piezas de teatro, fuimos a Portugal con ellas; éramos un equipo creativo, de esta vida y de otras vidas. Él no quería que nadie hablara por él si podía hacerlo él mismo y por eso este documental no tiene nada de convencional; no es un filme sobre su vida, ni una despedida, es la historia de nuestro amor contada como un cuento.

Para ti él está allá… en Hong Kong, en su lugar de sueño, donde gustaba de estar.

Sí, el mensaje principal es ese, si nosotros nos encontramos en todas partes, nuestra energía, nuestras historias vagan por todas partes, estaremos aquí y allí. Babenco era un contador de historias, él las sigue contando, por eso terminé la película con un chiste suyo, un nuevo guion concebido para su otra vida. Él era un luchador, no quería morir, de ahí que siga creando;  si creemos que la vida no tiene fin, no lo tiene y es mejor vivirla así.

 

Fotograma del documental “Babenco. Alguém tem que ouvir o coração e dizer: parou”.

 

¿Por qué has traído el filme a La Habana, a este Festival de Cine?

A Héctor le fascinaba La Habana, siempre que podía, venía, fumaba Cohíba…y yo estoy aquí porque estoy llevando el filme a los lugares que más le gustaba; a aquellos que tenían un significado especial para él. Estuve en Argentina, en Mar del Plata, la ciudad donde nació; en el Cairo, Egipto, una ciudad extraña pero que le gustaba mucho; fui a Venecia, el último lugar que visitamos juntos, allí llevé el filme este año y allí ganó el Premio León de Oro por Mejor Documental de su Festival de Cine y de aquí me voy para Rio de Janeiro.

¿Primera vez en La Habana?

Así es y estoy encantada con esta ciudad. Es muy interesante el amor del público por el cine, es efervescente, en realidad todo aquí es envolvente y siento que adoran a mi país a través de la cinematografía brasileña. Willem Dafoe, protagonista del último filme de Héctor: Mi amigo hindú (2016) me había hablado sobre este festival e insistido para que viniera; me decía que era único porque aquí las personas aman y consumen cine y tenía toda la razón, se lo agradezco.

Nosotros a ti por regalarnos este poema visual dedicado al amor y a la vida.

 

Bárbara Paz

 

Fotograma del documental “Babenco. Alguém tem que ouvir o coração e dizer: parou”.

 

Fotograma del documental “Babenco. Alguém tem que ouvir o coração e dizer: parou”.

 

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