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¡Savia popular que fluye en DANZA!

Toni Piñera 03-04-2023

Hace 36 años, el primero de abril de 1987, nacía de la mano de Alicia Alonso el germen de lo que después sería el Ballet Español de Cuba (BEC) en los salones del Gran Teatro de La Habana, que hoy lleva el nombre de la insigne bailarina, directora del BNC e inspiradora. En el Ballet Español de Cuba (BEC), que a lo largo de los años ha respondido al nombre de Conjunto de Danzas Españolas del GTH, Ballet Español de La Habana, liderada los primeros años por la bailarina y coreógrafa cubana Olga Bustamante, y que desde el 1992 dirige el primer bailarín Eduardo Veitía, danzantes, profesores, ensayadores de los diversos estilos y asignaturas donde se suman flamenco, escuela bolera, bailes regionales, repertorio, danza contemporánea,..., han logrado ir creando en todo este tiempo, un lenguaje teatral contemporáneo a partir del complejo cultural del flamenco y otras raíces de nuestra idiosincrasia, que no es en modo alguno una tradición muerta, sino una poderosa savia popular que fluye con toda vigencia en la esencia actual de la hispanidad.

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A partir de 1993, se trazan nuevas líneas a seguir perfilando su trabajo –manteniendo siempre las mejores tradiciones hispánicas: de la riqueza y colorido de las danzas regionales, al refinamiento del baile clásico español, de la gracia de la escuela bolera al fuego del flamenco-, hacia obras con un carácter más contemporáneo en cuanto a temáticas y soluciones estéticas/dramáticas que enriquecen y abren nuevos horizontes en los que dialogan con lo tradicional de la península y también cubano.

Una etapa en que llegan a las costas de la agrupación bailarines de las Sociedades Españolas, el Ballet Nacional de Cuba, DCC, del Ballet de Camagüey, y se comienzan a preparar para hacer obras de baile español. Todo eso brinda nuevos aires y estilos a la agrupación, que va encontrando una personalidad. Como Ballet Español de Cuba alcanza un punto cimero en nuestra historia. Se cruzan diversos caminos, y, además funda la primera Unidad Docente, cantera de donde se nutre la compañía, que les brinda un nivel técnico a los bailarines. Hay más intercambio con España, y llegan acá agrupaciones, personalidades de la danza española, maestros, coreógrafos que enriquecen el quehacer danzario. Son figuras del baile flamenco, grupos regionales que desarrollan al BEC: nombres como los de Marienma, Trini Borrull, Pastora Matos, Manolo Marín, Goyo Montero, José Antonio, Maria Juncal, Francis Núñez, Marieta Romero, Joan Fosas, Pablo Egea, Ana Ruiz, Hierba Buena, Antonio El Pipa, la Compañía Folclórica de Andorra..., la Fundación Antonio Gades y su profesora Estela Araujo y esposo, Cristina Hoyos y muchos más, lo colocan en un nivel más alto, indudablemente. Aparecen en el repertorio obras interesantes con nuevos aires y diversos estilos que enriquecen la escena, y el BEC adquiere mayoría de edad. A nadie cabe dudas de que Veitía y su equipo han trabajado en todo este tiempo, arduamente, sin descanso para mantener viva una tradición que forma parte intrínseca de nuestra nacionalidad: la española, en un gran porciento, y que gracias al apoyo/amor/tesón de Alicia y de todos aquellos que la ayudaron a renacerla en 1987, hoy vibra entre nosotros, en el lugar que le corresponde.

A partir de entonces, el BEC comenzó a ganar en madurez, nivel artístico-técnico, belleza interpretativa y mucho prestigio al asumir ya obras muy elaboradas como La vida breve, Aquel brujo amor, La Casa Alba, Carmen, La Habana Valdés, inspirada en la obra literaria de Cirilo Villaverde Cecilia Valdés, así como El Fantasma, que trajo a la escena un hálito de aventura y romance... Cambiando de tiempo y espacio, el célebre protagonista de la novela El Fantasma de la Ópera, del francés Gastón Leroux (1868-1927), que desandaba por los pasadizos subterráneos de la Opera de París (con interminables laberintos y un misterioso lago interior debajo del escenario), regresó de la mano del bailarín y coreógrafo Eduardo Veitia con el BEC, para demostrar con creces que nada era imposible de decir desde el movimiento. En estas piezas se muestra toda una antología de la danza española, añadiéndole al estilo la idiosincrasia latina que la convierte en algo muy particular, imprimiéndole el sello inimitable del más alto exponente de la Danza Española en Cuba.

GRANDES PINTORES ASOMARON EN ESCENA

Esas sensaciones que la labor del pintor fija en el tiempo y en el espacio, salieron nuevamente a flote, danza mediante, en varias piezas que el Ballet Español de Cuba exhibe en su amplio repertorio desde hace tiempo: Frida (como homenaje a Frida Khalo), Danzando sueños (dedicado a Wifredo Lam) y Sevilla, el tiempo (que dibuja en danza a otro grande pintor cubano: Servando Cabrera). Porque el BEC conjuga en sus creaciones la cultura y el arte cubano e internacional, traduciendo al flamenco todo lo que puede dar nuestra nacionalidad e idiosincrasia latinoamericana. Son trabajos de Eduardo Veitía, director, bailarín y coreógrafo, que enfocan historias y pasajes pictóricos de grandes artistas plásticos latinoamericanos y universales.

En 1994 se fundan por vez primera en Cuba y en América Latina, los Cursos Internacionales de Verano de Danza Española, así como la Academia Nacional de Danzas Españolas que en 1999 realizaron su primera graduación, creándose de esta forma las bases y condiciones para oficializar la misma como una de las Escuelas Nacionales de Arte de nuestro país.

HUELLAS EN EL TIEMPO

El Ballet Español de Cuba (BEC) se ha presentado en los Festivales Internacionales de Ballet de La Habana, Festivales Internacionales de Arte Lírico de La Habana, así como en múltiples ediciones de los Festivales La Huella de España, dirigido durante 25 años, artísticamente junto a Alicia Alonso, labor que retomará a partir de este 2023. Y, desde el 2017, organiza el Festival Internacional de Danza Española y Flamenco, CubaFlamenco, que ya ha realizado tres ediciones. Esta ilustre agrupación ha realizado en el tiempo innumerables giras por Nicaragua, Costa Rica, Colombia, México, Guatemala, Turquía, el Principado de Andorra, España, donde en 1992 alcanzó el 2do lugar en el Primer Certamen Internacional de Coreografía de Danza Española y Flamenco, en el teatro Albéniz de Madrid, con la interpretación de la coreografía Sonata y Fandango, del maestro Eduardo Veitía. En ese mismo año fue invitado al primer Congreso de Escuela Bolera donde compartió con figuras como Pilar López, Antonio, los Hermanos Pericet, entre otras personalidades En el 2017 participó con rotundo éxito público y crítica en el espectáculo Oh Cuba, durante el 16to. Festival Lorca y Granada efectuado entre julio y agosto en el famoso Generalife de la Alhambra (España), donde se combinó el flamenco, la música cubana y el clásico español reuniendo a artistas de la talla de Loles León, Adrián Galia, Antonio Carmona, Diego Franco entre muchos otros, bajo la dirección de Francisco Ortuño. Y, entre noviembre de 2019 de noviembre hasta enero 2020 realizó una gira por 32 ciudades de la República Popular de China con la obra El Fantasma. En Cuba han actuado en casi todas las provincias del país donde han llevado su arte, ese que se muestra en las tablas a través de la danza y la música, en esa fusión de las raíces que conforman nuestra cultura nacional.

EDUARDO VEITIA

Es graduado de las Sociedades Españolas la Escuela Nacional de Ballet, solista del Ballet Nacional de Cuba, y cursó estudios en el Real Conservatorio de Danza de Madrid y Amor de Dios, con los profesores Rosa Ruiz, Carmen Rolla, Raquel Lucas, Ángel y Curra y La China, en Amor de Dios, y Victoria Eugenia, en los estudios de Carmen Roche. Además de Licenciado en Arte Danzario, del Instituto Superior de Arte (ISA). Desde 2017 preside el Festival Internacional de Danza Española y Flamenco, Cuba-Flamenco que este año realiza su segunda edición.