Por: Willy Hierro Allen
John Joseph Travolta nació en Englewood, New Jersey Estados Unidos, en febrero de 1954, por tanto tiene ya 64 años de edad. Es actor, cantante y bailarín, saltó a la fama con las películas “Fiebre de sábado por la noche” y “Grace”, ha desarrollado diversos personajes en multitud de géneros y tiene reputación de un artista muy versátil. Además, es piloto de aviones.
No es noticia que muchas “celebrities” tengan su avión privado, pero John Travolta “apretó”: 5 aviones, pista de aterrizaje y hangar particulares en su casa del reparto Jumbolair, en Ocala, Florida. Tal es su gran amor por la aviación, que su hijo se llama Jet. Y no es amor platónico, cuenta con su licencia de piloto para volar, lo cual hace muy a menudo. Su aeronave de preferencia es el Boeing 707.
Y dicen sus conocidos que en su carrera de más de cuatro décadas con más de cuarenta películas, el premio mayor de John no son las nominaciones de la Academia, los premios BAFTA, los del Sindicato de Actores ni el Globo de Oro al mejor actor, es su 707, el avión que cambió la aviación comercial en el mundo, la aeronave a la cual se debe, ahora mismo, el desarrollo de los vuelos comerciales.
El prototipo del 707 hizo su vuelo inaugural en 1954. Era un avión muy rápido, nunca antes una aeronave civil había alcanzado 885 km/h en vuelo. El éxito de ventas del Boeing 707 estaba asegurado y llegó a un punto en el que las tres cuartas partes de todos los aviones civiles eran Boeing. La cifra total del 707 fue de 1 010 unidades.
John Travolta siempre quiso tener un 707. Y al fin pudo comprarlo en 1998. Este avión tiene una historia muy particular, tal vez poco conocida, sin embargo interesante porque le da un cierto valor a esta aeronave que hoy día ya es “un antique de los cielos”.
Fue construido por Boeing en 1964 a pedido de la aerolínea australiana Qantas y luego perteneció a la ya desaparecida Braniff Airlines. Su vida como aeronave comercial duró ocho años. De ahí en adelante se convirtió en un avión particular.
En 1972 lo compró el famoso cantante y actor norteamericano Frank Sinatra, quien solo lo utilizó un par de años porque en 1975, se lo vendió al multimillonario americano Kirk Kerkorian, dueño de casi todos los casinos de Las Vegas. Finalmente, 23 años después, fue a Kerkorian a quien John Travolta se lo compró.
Tras adquirir su anhelado 707, Travolta lo puso en manos de su primer dueño: la aerolínea Qantas, que repintó el avión con el diseño original de los años 60 para realizar una gira promocional alrededor del mundo. Este compromiso entre Qantas y Travolta, permitió a John entrenar y volar todo lo que quiso alrededor del mundo. ¡Y todos fueron felices!