Pasar al contenido principal
Martí Rom. Cinco décadas de arte en Vilassar de Mar
18April
Artículos

Martí Rom. Cinco décadas de arte en Vilassar de Mar

“No es difícil de entender el arte moderno. Si se cuelga en una pared es un cuadro, y si se puede caminar alrededor de ella es una escultura”

Tom Stoppard

“Cuando era pequeño recopilaba objetos, piedras y maderas que encontraba en el campo, rieras y playas de mi entorno más cercano, creando ensamblajes y fricciones entre primitivos y conceptuales, “rara avis” a mi edad”.

Martí Rom

En el Museo Monjo de Vilassar de Mar, ciudad cercana a Barcelona, se está llevando a cabo la exposición Martí Rom. 50 años de arte, del artista catalán Martí Rom (Barcelona, 1955), donde se puede contemplar el trabajo de cinco décadas dedicadas completamente al mundo del arte, ya que su primera exposición individual tuvo lugar en el Taller Picasso de Barcelona en 1979. A Martí Rom lo podemos considerar como un personaje polifacético ya que cultiva diferentes disciplinas artísticas, como por ejemplo la fotografía, los cortometrajes, las acciones, los environnements, la escultura, la pintura, el collage, el grabado, el dibujo y los objetos. Asimismo cabe destacar su faceta como galerista -dirigió las salas Transit Art y Espai Blanc de Barcelona-, promotor y activista cultural.

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

La exposición consta de 80 piezas que recogen todos estos apartados creativos, aunque predominan las esculturas. De todos modos, la muestra se inicia en el campo conceptual, ya que se exhibe un video con ocho acciones y performances de diferentes épocas, aunque se hace más referencia a los años 70 y 80, etapa que fue muy importantes en Catalunya, ya que fue pionera en el arte conceptual. En el mismo periodo ya se adentraba en el terreno del reciclaje, o sea la recuperación de objetos que encontraba en el campo, las playas o cualquier otro lugar que pisaba.

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

En el siguiente apartado se exhiben una serie de esculturas de bronce de pequeño formato. Son piezas que pueden relacionarse con el arte conceptual, principalmente por uno de sus protagonistas, caso de Joan Brossa, donde la ironía y la denuncia social eran bien evidentes.  Hay una obra donde una mano que surge de la pared aguanta un sombrero del que salen una serie de letras con el nombre de Brossa, como si aparecieran por arte de magia. Al lado de cada una de las esculturas se expone un dibujo o una pintura de la misma obra, lo que permite ver el proceso de trabajo del artista, aunque, de hecho, no se trata exactamente de un boceto, sino que tiene identidad propia.

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

Respecto a su interés por el reciclaje, se muestran varias obras en las que se puede observar cómo emplea diversos materiales y objetos que por sí mismos representan lo que son, pero que en sus manos se convierten en obras de arte, ya que sabe manipularlos y transformarlos en nuevos elementos que el espectador puede identificar fácilmente. Es obvio que para nosotros determinadas piezas “retrouvés” no significan nada, en cambio para él sí que son importantes, como por ejemplo unas tenazas, unas bisagras, unos clavos o unas palas, que luego se convierten en un rostro humano, un pájaro, un pez, un perro, un tótem…

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

Por ello, en la exposición aparece el mundo animal a través de diferentes pájaros, perros, un ciervo, un caballo, etc. También se muestran tótems que representan la parte más atávica de sus viajes a América y África. De todos modos, su estancia en Chicago en los años 90, donde tuvo la oportunidad de realizar una residencia en el taller del pintor estadounidense Matt Lamb, le sirvió para adentrase en el terreno del color, ya que habitualmente sus creaciones escultóricas destacaban por su monocromismo. Los tótems son de madera y se mueven entorno el surrealismo y el expresionismo.

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

También se exponen una serie de piezas de grandes dimensiones principalmente de madera, como son la figura de un arquero, de un faro y un glaciar, de una maternidad o de un verdugo que, en lugar de cortar la cabeza al reo, es la suya la que se encuentra en el suelo. Otras obras importantes son una persiana de tamaño real que el artista ha recortado para que dentro de ella aparezca el mapa de África.

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

La música, la arquitectura, los bodegones, los recuerdos de infancia, los faunos, las calaveras, etc., aparecen de modo bien explícito, ya que desde siempre le ha preocupado todo aquello que tenga relación con el ser humano, buscando la relación entre el pasado y el presente, o lo que es lo mismo, la tradición y la actualidad más perentoria, por ello algunas de sus obras se centran en aspectos sociales y políticos. No hemos de olvidar que el artista es testigo de su tiempo, interesándose por todo lo que sucede a su alrededor, y que a través del arte puede plasmar sus inquietudes y ansiedades.

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

Vista de la muestra de Martí Rom en el Museu Monjo

 

Como complemento a la exposición se exponen dos esculturas de dos metros cada una fuera del ámbito del museo, ya que se encuentran delante de la biblioteca Ernest Lluch de la misma población. La idea de mostrar el arte en la calle es una excelente iniciativa por parte del museo y del ayuntamiento posibilitando al espectador acercarse a él. Ambas piezas forman parte de la serie Los guardianes de los sueños de la noche.

 

Martí Rom, Los guardianes de los suelos de la noche
Martí Rom, Los guardianes de los suelos de la noche

 

En conjunto esta exposición permite al espectador adentrarse en el universo tan singular de Martí Rom, donde la ironía y la poesía se fusionan. Por ello, el crítico Josep Maria Cadena señalaba que el artista “utiliza lo que sabe, pero que se basa en lo que sueña. Esto hace que sus esculturas adquieran dimensiones poéticas que superan las limitaciones de la materia”, El realismo mágico, el surrealismo, el expresionismo y el conceptual, figuran de un modo u otro en cualquiera de las piezas presentes, esperando que el público que las contemple pueda disfrutar de ellas.