UNA MIRADA MÚLTIPLE A LA ESCENA CUBANA, LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA
Otra vez el teatro propició una ceremonia de encuentro para canalizar las preocupaciones estéticas y sociales del contexto cubano, latinoamericano y caribeño. Y esa posibilidad de encausar una multiplicidad de miradas en nuestros escenarios la acaba de ofrecer la temporada Mayo Teatral, cita ampliamente reconocida dentro y fuera de Cuba.
Evento que si bien cierra sus puertas hasta la próxima llamada dentro de dos años, abrió las expectativas sobre otra esperada convocatoria teatral: el Festival Nacional de Teatro Camagüey 2016, que ya se perfila y programa del 1ro. al 9 de octubre, que reúne lo más sobresaliente que, entre cita y cita, se lleva a las tablas, que unido a importantes coloquios e intercambios demuestran el carácter eminentemente teatral de nuestra Isla.
De hecho, seguramente los fieles amantes de las artes escénicas en la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe tendrán la oportunidad de apreciar no pocas de las puestas nacionales que, como antesala, se vieron y aplaudieron en La Habana como parte del Mayo Teatral, algunas de las cuales se programaron este año también en Santa Clara y Cienfuegos.
Organizado con frecuencia bienal por la Casa de las Américas desde el 2001, en la edición de 2016 de Mayo Teatral se escogieron agrupaciones de destacada trayectoria en el panorama teatral cubano, al estilo de Teatro Buendía, Teatro El Público, El Ciervo Encantado, Teatro de Las Estaciones y Argos Teatro. Completaron el cartel en representación de los nuestros: El Portazo, de Matanzas; Teatro La Rosa, de Santa Clara; el proyecto interdisciplinario Persona y Danza Contemporánea de Cuba.
En la muestra internacional resultó relevante la presencia de dos exponentes imprescindibles del teatro latinoamericano y caribeño: la colombiana La Candelaria, fundada por Santiago García y con 50 años de trabajo sostenido; y la peruana Yuyachkani, dirigida por Miguel Rubio y con más de cuatro décadas de existencia. La Candelaria presentó el espectáculo Camilo, creación colectiva inspirada en el emblemático personaje Camilo Torres, mientras Yuyachkani desarrolló un amplio programa de talleres y funciones, entre las que fueron acogidos con especial interés los unipersonales Confesiones, protagonizado por Ana Correa, y Vibraciones, con Julián Vargas.
Los Colochos (México) mostró una versión libre de la tragedia shakesperiana Macbeth. Los autores de esta reescritura, Antonio Zúñiga y Juan Carrillo, titularon Mendoza a la pieza ubicada en el contexto de la Revolución Mexicana. Con economía de recursos y austeridad, la puesta confía su eficacia en el trabajo actoral y en la relación cercana con los espectadores.
Siguiendo con las versiones de Shakespeare, también fue muy aclamado Otelo, a cargo del grupo chileno Viajeinmóvil. El espectáculo emplea objetos y maniquíes en una construcción coreográfica de imágenes y movimientos altamente creativa. Los actores Nicole Espinoza y Jaime Lorca (encargado además de la dirección y adaptación) logran un desempeño que alcanza el virtuosismo. Completaron la nómina de los foráneos: Ói Nóis Aquí Traveiz, de Brasil, y Teatro Gayumba, de República Dominicana.
Regresando a los montajes de esta parte de acá, en el Mayo Teatral ocuparon las salas algunos de los espectáculos más reconocidos en el 2015 y en lo que va de 2016. Teatro Buendía, agrupación madre que vio la luz en 1985, propuso, con la asesoría y la dramaturgia de Raquel Carrió, Éxtasis: un homenaje a la Madre Teresa de Ávila, con un elenco encabezado por la actriz, profesora y directora de la agrupación, Flora Lauten.
En tanto, El Ciervo Encantado, conducido por Nelda Castillo, llegó con dos espectáculos: Triunfadela y Guan Melón!! Tu Melón!! SiTriunfadela recoge la jerga, la fanfarria discursiva y su huella en nuestra conciencia individual y colectiva, en Guan Melón!! Tu Melón!! las canciones de Samuel Feijóo son el catalizador de una sensibilidad dañada por el hábito de mostrar la herida con una sonrisa.
Mecánica, de Argos Teatro, con dirección de Carlos Celdrán, eligió la versión que Abel González Melo escribió a partir de Casa de muñecas, solo que en lugar de ubicar la acción en el acostumbrado ámbito marginal de sus personajes, la sitúa en ambiente refinado de una clase alta, solapada bajo las firmas y consorcios de determinado sector del turismo.
Entre los límites de la danza y el teatro se movió el proyecto Persona con Yilliam de Bala coming son, que concebido por la coreógrafa Sandra Ramy, emplea imágenes gráficas de Roberto Ramos, cuya proyección en la pantalla del fondo constituye un recurso fundamental no solo para la visualidad sino para la premisa que se plantea, y su interacción con los cuerpos de las actrices-bailarinas.
Con diseños de Zenén Calero y dirección de Rubén Darío Salazar, Mayo Teatral recibió por primera vez a Teatro de las Estaciones con Los dos príncipes, obra versionada para la escena por María Laura Germán y que acude al teatro de sombras, mientras que El Público, que sigue las órdenes del más reciente Premio Nacional de Teatro, Carlos Díaz, se decidió por Harry Potter, se acabó la magia, nacido de un proceso de escritura a partir del encuentro regular de la dramaturga Agnieska Hernández con una promoción de actores de la Escuela Nacional de Teatro. La Hernández toma el best seller como pretexto para incluir las vivencias personales de los actores junto a otras referencias, y lo hace con inteligente humor, frescura y agudeza.
Los matanceros de El Portazo aparecieron, por su parte, con CCPC (Cuban Coffee by Portazo´s Cooperative), que reúne textos de diferente procedencia y fragmentos de obras de jóvenes dramaturgos cubanos con estéticas bien distintas, pero con preocupaciones similares. El despliegue de números musicales y coreográficos, toma del café-cabaret, del show musical nocturno su dosis carnavalesca, apoyada por el diseño escénico y sonoro.
Así, Mayo Teatral resultó una magnífica vitrina de lo que muy pronto lucirá en Camagüey, ciudad que cada dos años se apresta con entusiasmo a darle la bienvenida a lo que más vale y brilla de la escena nacional.