Aforo: otra puesta en escena

Como la creación artística de López Oliva se caracteriza por no ser solamente de una década o enfoque generacional cerrado, sino de abrirse a muchos públicos y a la aceptación por personas cultas y receptivas de edades juveniles, hemos considerado útil publicar a continuación, como evidencia de esto último, un articulo breve escrito por una egresada reciente de la Escuela de Historia de Arte de la Universidad de La Habana.

Aforo: otra puesta en escena

Desde el 26 de octubre hasta el 31 de diciembre de este año, 2022, la galería Collage Habana, perteneciente al Fondo Cubano de Bienes Culturales, alberga la exposición personal AFORO del artista y crítico de arte Manuel López Oliva (1947). El título de la misma proviene, como en muestras anteriores suyas, de la intención de relacionar las artes plásticas con el teatro, lo cual ejerce un papel fundamental en su producción artística, tal como vemos en la exposición que hoy compete comentar. La curaduría estuvo a cargo de la galerista Indira Carrillo Álvarez. El conjunto exhibido cuenta con 19 acrílicos, 40 máscaras en pulpa de papel, y la proyección de un video que cierra la muestra, donde se transmite fragmentos de performances realizado por López Oliva, así como de documentales que contienen palabras del propio artista y de otros reconocidos críticos sobre su obra y recorrido artístico.

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Para su distribución museográfica se tuvo en consideración los dos espacios con los que cuenta Collage Habana. En la sala principal se desplazan las telas, mientras que en el área superior se ubican las máscaras en cuatro vitrales. En la delimitación espacial de ambas manifestaciones se cuenta, respectivamente, con comentarios realizados por los historiadores de arte Maikel Rodríguez Calviño y Kirenia Rodríguez Puerto.

Como se indica inicialmente, la obra de López Oliva está estrechamente vinculada, desde los años 90’ del siglo XX, con las artes escénicas. Por ello la inclusión de máscaras, incluso en sus pinturas, de donde emergen figuras incorpóreas; igualmente integra referencias a la mitología griega y la clara intención de conducir al espectador a reconocerse en esas imágenes que nos cuestionan nuestro ello¹.

Desde afuera de la galería se puede apreciar la obra El ascenso (2021), que constituye la pieza icónica de la exposición, debido a su reproducción en los soportes promocionales. En torno a ese lienzo de gran formato se despliegan composiciones autónomas, como el propio autor refiere de sus obras, pero organizadas por grupo según un componente visual común, por contraste estético o por formatos.

A diferencia de las obras precedentes que podemos encontrar de López, AFORO alberga en su interior una concepción estética diferente en sus cuadros. La paleta que la caracteriza no está invadida por una diversidad cromática alta en tonalidades, sino más bien por el uso de matices moderados, donde priman los grisáceos con combinaciones de tonos de azul, sepia y terracota. También los colores se expresan mediante una escala de valor variable entre el negro y el blanco, que consolidan la imagen. En evidente contraste podemos contemplar a Del purgatorio, su máscara(2020) y las máscaras reales para usar o coleccionar. La obra Del purgatorio, su máscara aparece conformada a base de colores cálidos, fuertes, resultando llamativa dentro del universo cromático mesurado que rige la exposición. Por otra parte, nos atrapa la mirada el conjunto de máscaras dispuestas en vitrinas construidas para mostrarlas, que cuentan con diversidad de dimensiones, formas heterogéneas, motivos decorativos y signos de sentido, además de una variedad desbordante de colores; y que poseen connotación de disfraz, misterio, encubrimiento; como dijera el crítico de arte e historiador Carlos R. Escala Fernández: el objeto-máscara supone una existencia contradictoria entre anhelo y ocultamiento.

También cabría señalar que los miércoles de cada semana, a partir de la inauguración, se llevarán a cabo una serie de sucesos que complementarán la exposición, como un panel sobre la relación de las artes visuales y la teatralidad, el trabajo del artista en vivo en el espacio galerístico, visitas dirigidas, un performance y un concurso abierto a todos inspirado en la exposición.

AFORO constituye la primera exhibición, después de dos años en cuarentena durante el período de pandemia, de la más reciente labor plástica de este reconocido artista, comprendida entre 2019 y el presente año. Considero que puede resultar necesario y enriquecedor hacer una visita a esta muestra interdisciplinaria, donde cada una de sus piezas la convierten en una puesta en escena a la vez múltiple y coherente, en la que sus entes constitutivos juegan un papel único.

Ana Beatriz Almeida Sánchez (22 años). Estudiante de Licenciatura en Historia del Arte de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, cursando el último año. Miembro del proyecto de promoción artístico- cultural EverythingIncluded. Miembro de la Red Latinoamericana de Estudiantes de Historia del Arte (Red LEHA). Curadora y organizadora general de la exposición colectiva Variis Beneen el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño de La Habana.