Pasar al contenido principal
Alas abiertas al universo
05November

Alas abiertas al universo

Eran las seis de la tarde. Todavía faltaban dos horas para que el lujoso teatro Macedonio Alcalá permitiera a los espectadores atravesar su hermoso vestíbulo, decorado a lo Luis XV, para poder llegar hasta la sala donde la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba presentaría sus cartas credenciales en Oaxaca de Juárez.

Que ocurriera el día 24 de septiembre podía entenderse: se trataba del debut del colectivo que dirige la maestra y coreógrafa Lizt Alfonso en esa urbe enclavada en un valle cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad. Entonces, lo normal era que no escasearan expectativas, máxime cuando se sabía de antemano que habían llegado a tierra azteca con Alas, espectáculo que aún no había enfrentado su prueba de fuego en escenarios internacionales. Por lo demás, ese jueves había hecho un día espléndido.

El espectáculo Alas constituye un canto a la espiritualidad.Pero aquella jornada del 26 la lluvia había aparecido con el alba. Y desde entonces no le dio ningún reposo a sombrillas, capas y paraguas. Mas ni siquiera las inclemencias del tiempo pudieron impedir que se repitiera la misma historia de la larga espera en los alrededores del teatro, separado a escasas dos cuadras del populoso Zócalo.

Imagino que para esa fecha del sábado ya se había regado a los cuatro vientos la altura artística de la agrupación fundada el 19 de octubre de 1991. Porque, a diferencia de lo que sucedió más tarde en Tijuana y Mexicali, donde camionetas lucían enormes imágenes de hermosas muchachas en poses aflamencadas, invitando con cubanísima coquetería a verlas en el programa concierto ¡Bailando!, en Oaxaca de Juárez solo se había colocado un único cartel debajo de uno de los arcos de las puertas laterales del Macedonio Alcalá. Pero no resultó necesario. Supongo que haya sido determinante el hecho de que estas presentaciones fueran organizadas por la prestigiosa Fundación Alfredo Harp Helú, lo cual significaba garantía de calidad absoluta para los habitantes de esa tierra. Y allí estuvieron oaxaqueños de todas las edades, abarrotando la majestuosa sala para aplaudir de principio a fin estas Alas con que catorce bailarinas remontaron el más impresionante de los vuelos.

Danza para el alma

Esta vez Lizt Alfonso Dance Cuba actuó en tres ciudades mexicanas: Oaxaca de Juárez, Mexicali y Tijuana. Foto: Gabriel Guerra BianchiniCon música interpretada en vivo por ocho instrumentistas de primera línea, entre ellos el bajista Ernesto Hermida, líder de la banda, Alas continúa hechizando al auditorio más exigente, a pesar de sus casi dos lustros en las tablas. Quizá la clave esté en que constituye un montaje que se niega a permanecer estático. Bien lo sabe la primera bailarina Tamy González, quien vivió su estreno en el 2006, entonces como cuerpo de baile, y que ahora, como figura central del espectáculo y con la complicidad de una compañía que baila como si no hubiera nada más importante en el planeta, consigue despertar en la platea las emociones más cálidas y puras.

«Es evidente que el espectáculo ha evolucionado mucho desde que se diera a conocer en el 2006», le aseguró Tamy González a la prensa acreditada en Oaxaca de Juárez. «A lo largo de estos años ha sufrido cambios necesarios, del mismo modo en que nos hemos ido transformando nosotros y la compañía. Pero siempre para mejor, para lograr alcanzar metas artísticas superiores. Para que Alas siga siendo un canto a la vida y a la alegría».

No obstante, aclaraba de paso la maestra, lo que ha pasado con Alas no ha sido una casualidad. «Sin dudas, uno de los rasgos que distingue al Lizt Alfonso Dance Cuba radica en que a pesar de ser una compañía de repertorio, las obras nunca permanecen inamovibles. Pueden estar ustedes convencidos de que jamás ofrecemos una función igual a otra, aunque se trate de la misma puesta. Partimos del origen, pero las hacemos evolucionar como evolucionan los tiempos».

También la prensa quiso indagar por qué estas, que «aterrizaron» en Oaxaca, eran unas «Alas para el alma», a lo cual la Embajadora de Buena Voluntad de Unicef respondió: «Les hemos traído un espectáculo que expresa: “así somos, aquí estamos, necesitamos que se nos respete, que se nos tome en cuenta y se nos valore como mujeres, como creadoras y como artistas”. Nosotros siempre hemos tenido mucho valioso que decir, pero a veces nos colocan en un segundo plano. Por ese motivo nació Alas, que además de presentarnos ante el público, muestra lo que somos capaces de hacer. De ahí que Alas sea un canto a la espiritualidad del ser humano. ¡Eso sobre todo!».

La compañía junto al empresario Alfredo Harp Helú y su esposa, la Doctora en Historia del Arte María Isabel Grañén Porrúa.

Por supuesto que la Alfonso no perdió la oportunidad de reconocer al afamado empresario Alfredo Harp Helú y su Fundación, que dirige su esposa, la Doctora en Historia del Arte María Isabel Grañén Porrúa. «Llegamos a Oaxaca gracias a estas dos maravillosas personas que nos hicieron el honor de asistir a una de nuestras temporadas de Alas en un teatro similar al Macedonio Alcalá, llamado Martí, en La Habana. ¡Benditos sean por este gran detallazo de invitarnos para que la ciudad de Oaxaca de Juárez pudiera disfrutar de nuestro arte, mientras nos daban la oportunidad envidiable de beber de una cultura tan asombrosa y rica como milenaria. Todo un lujo».

Sueños compartidos

¡Bailando!, conformado por creaciones de las muy jóvenes y prometedoras Diana Fernández, Claudia Valdivia, Yadira Yasell, Indina Álvarez, Karelia Silva…, y que además evidencia la versatilidad de su directora como inspirada coreógrafa, fue el puente para que en otras dos ciudades, esta vez pegadas a la frontera con Estados Unidos, descubrieran el estilo fusión que hace tan reconocido al Lizt Alfonso Dance Cuba.

Idéntico a como tuvo lugar en el estado donde viera la luz el gran Benito Juárez, tanto en la sala de espectáculos del Centro Cultural Tijuana (Cecut), las noches del 29 y 30 de septiembre, como en el Teatro del Estado de Mexicali, el 2 de octubre, las ovaciones que tributara el público siempre llegaron acompañadas de vítores y múltiples «¡Viva Cuba!».

Para muchos serán inolvidables estas presentaciones que se dedicaron a la maestra Margarita Robles, pionera de la danza clásica en Baja California, e inauguraron las operaciones de Producciones Escobedo, lideradas por Marianna y Dulce Escobedo. Sin embargo, difícilmente se les borre de la cabeza a los niños y jóvenes que lo consiguieron: la experiencia de recibir clases abiertas impartidas por la Alfonso, sus muchachas y por el primer bailarín Joan Morell. No era de extrañar conociendo el interés de Lizt de «acompañar a los jóvenes de hoy en su vuelo, buscando un futuro mejor».

Lo más alentador es que de seguro el Lizt Alfonso Dance Cuba regresará nuevamente a Oaxaca, Tijuana y Mexicali, y que ha quedado la promesa de entonces llevar a la escena no solo espectáculos que hagan vibrar a la gente, sino también de «compartir ese serio trabajo educacional que realiza la compañía y es tan admirado en Cuba. Quizá por esa vía —se lanzó a soñar la maestra— podamos emprender proyectos que nos hagan sentir mejores artistas y mejores seres humanos»