Por Yordanis Ricardo Pupo (Enviado Especial) / Fotos: @yricardo
Cincuenta obras cumbres del movimiento Pop, desde Warhols hasta Equipo Crónica, han tomado por asalto este verano la Galería Art Wanson, ubicada en el Marbella Club, el más emblemático y lujoso hotel de la Costa del Sol española.
La inauguración de “50 íconos del Pop” coincidió con la cuarta edición de Art Marbella, de la que Arte por Excelencias es fiel colaboradora. Así que cuando nuestros colegas de Robb Report (la revista de la buena vida) organizaron un cóctel en el patio del Marbella Club, aprovechamos para visitar la exposición y conocer a Mercedes Duerinckx, fundadora y CEO de Art Wanson, un espacio dedicado a la promoción y venta de arte moderno y contemporáneo, con sedes en ciudades como Mallorca, Paris, Londres, Miami y Doha.
A su vez, Mercedes nos presentó al coleccionista Joséluis Rupérez, comisario de esta exposición, en la que están todos los clásicos del Pop: Warhol, Lischtenstein, Allen Jones, Saint Phalle, Wesselmann, Equipo Crónica… y los cubanos Javier Guerra y Tomey.
Además de periodista, editor, filólogo, productor musical y guionista, Rupérez es propietario de una extraordinaria colección de más de 20 mil carteles, que gestiona a través de la empresa Rumor ArtWorks. Fue, también, productor asociado de la película “Más vampiros en La Habana (Juan Padrón, 2000), lo que explica un poco su amor por Cuba y por el arte que se hace en esa isla caribeña.
¿Hay muchos artistas cubanos en su colección?
“Soy bastante aficionado a Cuba en general y a su arte, en particular. Desde hace años estoy trabajando en un proyecto, con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid. Lo acabamos el año pasado y ahora lo estamos presentando a museos de España y Miami, que es donde hay más posibilidades de que salga adelante.
“La exposición se llama Cuba la Isla de papel, y es la historia del arte cubano a través de soportes como la litografía, la serigrafía o el grabado. Creo que Cuba es, no sé si el único, pero si probablemente uno de los pocos países que puede explicar su historia, desde la independencia hasta la actualidad, a través del cartel.
“Hay una huella importante de la historia de Cuba ahí. Todos los grandes acontecimientos, como la explosión del Maine, las elecciones de la República, la caída de Batista, la llegada de Fidel en 1959 o la visita de Obama hace un par de años. Todos estos acontecimientos han tenido un cartel que lo ha contado y es muy sencillo seguir la historia a través de esa propuesta gráfica”.
Es que el cartel ha sido muy importante en Cuba. Sobre todo tras el triunfo de la Revolución y la fundación del ICAIC....
“Sí, pero también desde mucho antes. La litografía llegó a Cuba alrededor de 1870 para servir, básicamente, de soporte a la industria del tabaco (las anillas, la publicidad) y enseguida aparecieron artistas que ya tenían relación con la litografía, concretamente uno llamado Landaluce, que era de origen vasco y editó un libro de litografías: “Tipos y costumbres de la isla de Cuba”, que probablemente recordarás porque para los cubanos es como el Viejo Testamento.
Sí, con él empieza la Historia del Arte en Cuba, lo estudiamos desde la escuela primaria...
“En esa época, la litografía servía para hacer anuncios de la llegada de barcos, de bebidas, campañas de sanidad… todo lo que tenía que ver con lo cotidiano tenía un cartel que lo anunciaba. Se convirtió en un soporte habitual. Luego vino el empresario y caricaturista Conrado Massaguer, que fue el primero en publicar litografías en revistas como Gráfico, Social, y Carteles, que fueron el origen de la modernidad en la gráfica de Cuba.
“Cuando llega la Revolución, los artistas que se quedan no tienen ya un mercado ni un público, entonces no tenía sentido hacer exposiciones y vender cuadros a mil dólares. Lam, Portocarrero, Raúl Martínez, Mariano… se pasan a la gráfica. Hay una época de la historia del arte cubano, que va desde 1959 hasta finales de los setenta, en la que todo el arte está impreso en papel. También porque es el único soporte al que tienen acceso, y porque cuentan con el apoyo del gobierno, que crea centros de producción”.
Como el Taller Experimental de Gráfica de La Habana, en 1962.
“Toda esta época solo se puede entender bien si se estudia la gráfica. Luego, cuando cae el muro de Berlín y desaparece el soporte económico de la Unión Soviética, parecía que todo aquello se iba a desmoronar, pero no. Apareció una nueva generación de artistas jóvenes ya muy críticos, que no eran deudores de los mensajes sino que iban por libre y han continuado un poco esa espléndida tradición de los artistas cubanos en el papel”.
Entre ellos Javier Guerra.
“Javier Guerra es un artista que ha expuesto en varios países, en Estados Unidos, en España, y es un gran representante del Pop también. El Pop Art llega a Cuba con la Revolución. Los pintores que antes estaban en la abstracción, como también pasó en Estados Unidos, se pasan a ese lenguaje, digamos, de lo cotidiano, de inspiración un poco banal. El gran representante de esa tendencia fue Raúl Martínez, y Guerra fue uno de los alumnos aventajados de la época final de Raúl, quien fue su tutor. El pinta este tipo de obras, que son billetes sin valor de curso legal, pero que en la práctica valen más que un billete”.
¿Algunos nombres dentro de La Isla de papel?
“¡Es que es la historia del arte cubano! Está Massaguer, Jaume Blam, García Cabrera, Lam, Portocarrero, en fin. Luego hay artistas de la gráfica que no son tan conocidos en el mundo del arte, pero que son muy importantes para el desarrollo de la imagen visual que se tiene de Cuba, como Eladio Rivadulla, y todos los creadores que se quedaron y trabajaron con el ICAIC.
“Creo es una propuesta interesante, que se sale de los cauces habituales: la de que los pintores son pintores y los grafistas grafistas. Aquí hay una mezcla, una simbiosis y el resultado es algo singular como la misma gráfica cubana, que es una marca, como la Estampa Japonesa, el Cartel Polaco, o la Belle Époque”.
Volviendo a Marbella, ¿qué podemos encontrar en 50 Pop Icons?
“Es una especie de visita panorámica al arte Pop y lo que ha representado en la escena artística desde que nace, a finales de los años ´50 o principios de los `60 hasta la actualidad. Desde Picasso, que no se puede considerar exactamente un artista Pop, hasta pintores cubanos de finales de principios de esta década.
(La muestra defiende que la serigrafía sobre tela de Picasso, “Festival Mundial de la jeunese” (1951), es la precursora del Pop Art. De hecho, varias de las obras que se exponen aquí, ya sea por el tema, los colores, y hasta la directa alusión al genio malagueño dan cuenta de ello; en especial la litografía “Carnet de Identidad” (1981), de Equipo Crónica).
“Son obras representativas del Pop, muy conocidas en muchos casos. Está Hopeless (1968), de Roy Lischtenstein; o el famoso tríptico Nana wall paper (1970), de Niki de Saint Phalle; la Madona Export (1978), de Allan d´ Arcangelo; la suite Concerning marriages (1964), de Allen Jones o una serigrafía muy importante que aparece en todas las exposiciones que se hacen de la gráfica, de la artista venezolana Marisol Escobar. Está también David Hockney, con su litografía Menú (1976) y los grandes representantes del Pop español: Equipo Crónica y Eduardo Arroyo”.
¿Cómo llega su colección al Marbella Club?
“Una parte de mi colección está dedicada al arte contemporáneo. Y tenemos una estrecha relación con la galería de Mercedes. El año pasado hicimos una exposición que se llamaba “Warhol 30 aniversario”. Y este año hemos hecho esta, que es más panorámica. Aquella se enfocaba en la figura de Warhol y este año también está representado, por supuesto, con las suites de Mao y las Campbell´s Soup”.
“50 Pop Icons” estará abierta al público hasta el 30 de septiembre, en la Galería Art Wantson del Marbella Club Hotel –en su día la residencia privada del príncipe Alfonso de Hohenlohe-Langenburg, “descubridor” de Marbella y “culpable” de que, actualmente, sea uno de los balnearios más visitados de Europa.
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