Montañeses en La Habana

Luego de la lectura y estudio del libro Santander en La Habana. Hitos arquitectónicos, que gentilmente le obsequiara la doctora Marlene Vázquez Pérez, directora del Centro de Estudios Martianos, a los lectores de Tribuna de La Habana, podemos reafirmar los lazos que unen a Santander, la capital cantábrica, con La Habana en lo económico, político, cultural y de consanguinidad que se han compartido a lo largo de siglos.

Del primer acercamiento que se tiene noticia supimos al leer la placa, donde se refleja que del 11 al 23 de octubre de 1879, nuestro Apóstol estuvo alojado en esa ciudad, luego de haber sido deportado por segunda vez de su Patria amada; también fueron deportados otros muchos cubanos y patriotas entre los que estuvieron Calixto García y Quintín Bandera.

Estas muestras espirituales han sido más fuertes que las diferencias políticas o el tiempo transcurrido.
Todo lo cual dejó su impronta en ambas geografías y en sentimientos y costumbres de sus habitantes.

Más adelante, las relaciones comerciales, el correo marítimo, las comunicaciones o el envío de mercaderías, continuaron el acercamiento de estas dos ciudades marineras.

Todas esas consecuencias promovieron el éxodo hacia las Antillas de un gran número de pobladores, muchos de pequeños pueblos de montañas o puertos de Cantabria. Se destacaban tanto en actividades comerciales, navieras o industriales, sin dejar de mencionar a una parte de hacendados que acudieron con un pequeño capital y crearon sus familias en la Isla.

Así de produjo gran auge en el comercio, la cultura, la industria azucarera y la banca. No menos importante fue el desarrollo de la arquitectura y el urbanismo, de lo que podemos encontrar muestras en La Habana aún en nuestros días.

Fotos: Julio Larramendi

Tomado de Tribuna de La Habana