Skip to main content
María Blanchard. Pintora a pesar del cubismo
13May
Artículos

María Blanchard. Pintora a pesar del cubismo

Definir a María Blanchard (Santander, 1881-París, 1932) solo como cubista demuestra el desconocimiento que hay sobre la obra de esta artista española, una de las más importantes de su generación. Ahora, el Museo Picasso Málaga le dedica una amplia exposición monográfica para demostrar que ella fue, sobre todo, “Pintora a pesar del cubismo”.

Vea la galería de imágenes

Comisariadas por José Lebrero Stals, estas ochenta y cinco obras (óleos, pasteles y dibujos procedentes de museos y colecciones privadas de toda Europa) permiten hacer un recorrido cronológico por las diferentes etapas de la vida artística de Blanchard, la primera mujer en España en adoptar el estilo cubista.

 

Obra de la muestra María Blanchard. Pintora a pesar del cubismo

 

Según afirmó Lebrero en el primero de los dos Encuentros que organiza el Museo alrededor de la muestra, “hay suficientes enigmas en su vida y en su obra que justifican esta exposición, que ayudará a saber más de la verdad artística de María Blanchard. Es también un ejercicio de memoria”, pues, sin duda, su trabajo no fue suficientemente valorado en un contexto cultural que entonces creía en la inferioridad femenina.

De hecho, muy pocas veces se ha podido ver su obra en conjunto. La primera en 1982, cincuenta años después de su muerte, en el entonces Museo Español de Arte Contemporáneo, y luego, en 2012, en el Reina Sofía, ambos en Madrid.

 

Obra de la muestra María Blanchard. Pintora a pesar del cubismo

 

María Blanchard nació en el mismo año que Pablo Picasso y, como él, migró a París en los inicios del siglo XX. Allí conoció a las vanguardias e interactuó con Juan Gris y el propio Picasso. También fue amiga de Diego Rivera.

 

Gitana (1907)
Gitana (1907)

 

Sin embargo, a diferencia del malagueño, que vivió y pintó hasta los noventa años, su prematura muerte solo le permitió trabajar durante dos décadas. Al principio, Blanchard hacía retratos de estilo académico y reflejaba los temas costumbristas típicos de la España previa a la modernidad. De esa época podemos ver una magistral Gitana (1907), así como La española (1910). También sorprende ver un óleo de una Bretona (también de 1910), que recuerda al Gauguin de finales del siglo XIX.

 

La dama del abanico (1913-1916)
La dama del abanico (1913-1916) 

 

En La dama del abanico (1913-1916) ya aparece definida su incorporación al cubismo (de hecho, con esta obra participa en la primera exposición cubista en Madrid, organizada en 1915 por Ramón Gómez de la Serna). Numerosos bodegones y representaciones de músicos al puro estilo cubista completan esta etapa llena de imágenes abstractas, que darán paso, a partir de 1920, a composiciones figurativas poscubistas como Las dos hermanas (1921) y La echadora de cartas (1924–1925).

 

Uno de los típicos bodegones cubistas
Uno de los típicos bodegones cubistas

 

Las dos hermanas (1921)
Las dos hermanas (1921) 

 

La echadora de cartas (1924–1925)
La echadora de cartas (1924–1925) 

 

En esta época también los temas cambian y María Blanchard se centra más en la condición humana. Aparecen maternidades, escenas domésticas en las que pinta muchas mujeres: mujeres trabajadoras, mujeres cuidando a sus hijos, mujeres acompañando a otras mujeres. Son pinturas con mucha carga emocional, que de alguna manera reflejan la intensa crisis existencial que embarga a la artista en sus últimos años.

“Apenas pinta hombres en una época en la que los hombres son los protagonistas” –del arte y de la historia-, nos cuenta José Lebrero, quien fuera director artístico del Picasso Málaga entre 2009 y 2023. Y cuando los pinta, son aún muy pequeños como para “decidir”, como el fantástico Niño del Canotier (1923), o son personajes “poco” parisinos como el negro que teje cestas de mimbre rodeado por su familia y un burro.

 

Niño del Canotier (1923)
Niño del Canotier (1923) 

 

Detalle de La comulgante (1914)
Detalle de La comulgante (1914) 

 

Además de las ya citadas, entre las obras prestadas para la ocasión destacan La comulgante (1914), La boloñesa (1922-1923), Joven en la ventana abierta (1924), así como dos obras nunca antes expuestas: El almuerzo (1922) y La niña de la pulsera (1922-1923).

Patrocinada por la Fundación Unicaja, María Blanchard. Pintora a pesar del cubismo se podrá visitar hasta el 29 de septiembre de 2024, como parte del empeño del Museo Picasso Málaga de poner en valor a la mujer artista del siglo XX; anteriormente ha dedicado muestras a Hilma af Klint (2013), Louise Bourgeois (2015) y Paula Rego (2022), entre otras.