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Manuel Ruiz Ruiz y su huella artística en Cuba
22December
Artículos

Manuel Ruiz Ruiz y su huella artística en Cuba

Hace setenta años vive en la ciudad que vio nacer y morir a Lorca un artista, que llega hasta América en un coche de agua clara. Manuel Ruiz Ruiz tiene en Cuba un conjunto de ciento treinta dibujos, grabados y pinturas, visualizados en la Casa de Iberoamérica, la Fiesta Internacional de Juventudes Artísticas Romerías de Mayo, y en la Casa de la Rueda de Ánima del Monte, de la Uneac, todos en la provincia oriental de Holguín.

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El día de celebración de la Cruz de Mayo del 2018, en el patio colonial de la Casa Consistorial La Periquera, fue la apertura de la muestra con descendientes de distintas regiones de España, y la interpretación de Granada, de Agustín Lara, por el tenor Ernesto Infante junto a temas de Serrat por el grupo Cubandaluz.

Una segunda exposición fue en el mismo año durante la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, celebrando el aniversario ciento veinte del natalicio de Lorca, conjunto que se encuentra en la colección de arte de la Casa de Iberoamérica.

Manuel Ruiz Ruiz, nacido en Granada el 8 de agosto de 1949, presentó su primera exposición en 1968, sumando ya doscientas sesenta en Francia, Italia, Alemania, Inglaterra, Rumanía, Guinea Ecuatorial, Canadá, Luxemburgo, Yugoslavia, Estados Unidos, Portugal, Venezuela, Chile, Argentina, Panamá, Israel, Turquía, Brasil, México, España y Cuba.  Pertenece a la Sociedad de Bellas Artes de Beizers, Francia. Miembro de la Academia Internacional de Lutéce, París; Embajador de las Artes y las Letras por el CIAL, en Long, Francia y Miembro de Honor de la Sociedad Artística Erbese, la más antigua e importante de Italia. En 1984 ingresó en la Asociación Española de Críticos de Arte.   

Su obra es rica en cromatismo, barroca, marcada por la geometría, que flota en un mar azulado, reflejando un fulgor rojizo que se transforma en tonos verdosos y anaranjados, con algún perfume ocre.

Granada es su centro de atención, indagando en la naturaleza de su espíritu, en las grafías visuales que definen su esencia y tradición. Descansa sobre el entramado de colores y líneas, siluetas sinuosas que se esfuman en el ambiente, figuras femeninas, insinuantes y misteriosas, se esconden entre los recovecos de las celosías, en los rincones creados por las sombras del color. 

Hoy los mosaicos moriscos de la Casa de Iberoamérica abrigan grabados y dibujos, y así confluyen los trazos de Manuel con los toros y guitarras que animaron la vida del poeta Lorca, que es también grito contra la intolerancia y el fascismo.

También en la tendedera del Patio de la Rueda, en Buenaventura, hogar de decimistas y de sus amigos del mail art, también cuelgan las cartulinas. Y Granada y su Patio de los Leones están en la sala presidida por un Sagrado Corazón de Jesús. Allí el altar con tinajas de barro y la obra: Rosa de Cuba con estrellas Alhambrinas, que es la rosa verde, la rosa naciente que pintó Manuel para nosotros.

La colección cubana de la obra de Manuel cuenta con trabajos que sirven para difundir el arte y la cultura granadina entre las ciudades cubanas. Entre los contenidos están la ciudad de Granada, su centro histórico, Albaicín, La Alhambra en su paisaje y decoración, Federico García Lorca con motivo de la primera exposición homenaje que hace el pintor en Granada en 1976, también incluye a personajes granadinos del mundo de las artes y las letras, amigos del pintor.

La colección cubana del artista español nos permite contar, además, con una vasta obra documental y audiovisual, desde la indagación investigativa y literaria de Manuel Ruiz Ruiz, que hará posible tener en el futuro la casa de Granada en Cuba.

¡Cómo me hubiera gustado que mi ciudad me hubiese estimado lo suficiente para hacer más por ella!  Al final todo es efímero, pero queda el sentir, afirma Manuel. Pero la huella de setenta años de un creador se vuelve aspersor por doquier. Veinte años tuvo que esperar para que fuera reconocido como el autor de la primera muestra en honor a Federico después de su asesinato. Por eso su obra es misionera de la paz y en defensa de las causas justas. Él, al igual que Lorca, pregunta:  ¿Cuántos hijos tiene la muerte?  ¡Todos están en mi pecho!

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