Así lo aseguró a la prensa Roberto Ponce, director del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) en Sancti Spíritus, quien agregó que el pasado mes la añeja villa recibió la visita de integrantes de dicho Consejo provenientes de 11 naciones.
Visitaron lugares de elevado valor histórico y sociocultural como la casa-hacienda Manaca Iznaga, en el Valle de los Ingenios, enclave donde se alzó uno de los más productivos ingenios azucareros de la región y se erige una torre de 43,5 metros de altura, precisó.
Las creaciones trinitarias traspasaron las fronteras de la ciudad y proyectos como los impulsados por la reconocida familia Santander o el taller de Yudit Vidal Faife, legitiman el barro, la pintura y el tejido, dijo.
Cristina González, especialista de artes visuales de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas y quien elaboró el expediente para la nominación, detalló que desde el 2015 se aprobó la candidatura presentada por la nación caribeña.
En el recorrido que efectuó el Consejo Mundial de Artesanías a Trinidad, el uruguayo Alberto de Betolaza, presidente para América Latina de esa organización, elogió cómo en la villa siguen vivas las antiguas confecciones de manualidades.
Esas expresiones son el modo de subsistencia de varias generaciones de trinitarios, quienes, en su mayoría, se han nutrido de los conocimientos de colectivos formados para enseñar las tradiciones, significó.
En mayo último la directora de artesanías del FCBC, Mercy Correa, resaltó en rueda de prensa que los expertos evaluarían el protagonismo de la ciudad de Trinidad en el rescate y la preservación de la actividad artesanal.
"La postulación de la villa espirituana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se debe a la labor de conservación de las manifestaciones artesanales que involucran a varias generaciones y forman parte de la cotidianeidad", señaló.
Trinidad es considerada, además, uno de los más importantes destinos turísticos de la mayor de las Antillas.
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Fuente: PL