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¿Barbarie vs. Civilización?
22October
Artículos

¿Barbarie vs. Civilización?

ADEMÁS DE SU EXTRAORDINARIA DIMENSIÓN MATERIAL, EL CONUCO POSEE UN PROFUNDO CONTENIDO ESPIRITUAL QUE RATIFICA Y ENRIQUECE EL SUSTRATO CULTURAL VENEZOLANO

La descalificación presente en amplios sectores urbanos del pueblo venezolano sobre la práctica del conuco obedece a las subjetividades construidas e instaladas en el imaginario colectivo por el aparato cultural hegemónico de un modelo civilizatorio que, hábilmente, introduce en la sociedad actual los dilemas sobre civilización vs. barbarie, atraso vs. desarrollo, modernidad vs. decadencia, la productividad y la eficiencia, como los paradigmas que resolverán los problemas que aquejan a la humanidad.


El desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo industrial y comercial, aunado al crecimiento de la industria petrolera en nuestro país, impuso a la élite política de la derecha proimperialista venezolana la implementación de políticas destinadas a cercar y  asfixiar la actividad productiva independiente de nuestra gente, garantizando de esta manera la mano de obra necesaria para el crecimiento del modelo económico rentista, que trajo como consecuencia el éxodo campesino y, con ello, el desarraigo cultural y el crecimiento anárquico de las ciudades costeras del país.


El modelo positivista del funcionalismo estructural educativo implementado en América Latina, y en especial en Venezuela, introdujo en la sociedad rural, a través de una escuela altamente ideologizada, las normas, valores, lenguaje y símbolos de la ideología burguesa venezolana, con la consecuente descalificación en el imaginario colectivo de los legados culturales de resistencia de nuestro pueblo oprimido, fortaleciendo así el discurso de una modernidad diseñada en los grandes centros de poder mundial. 


Esta concepción, que forma parte estructural del aparato cultural imperial y eurocentrista, inoculó deliberadamente la vergüenza étnica y la descalificación de los saberes ancestrales, como un factor colonizador destinado a debilitar todos los valores identitarios que vertebran la voluntad de los pueblos para sus tareas liberadoras. 


El conuco es una práctica productiva que involucra diversas dimensiones que impactan la vida individual y colectiva de la comunidad donde se desarrolla; es un sistema biodiverso de producción agrícola de pequeña escala, una práctica contracultural de resistencia a la tendencia hegemónica capitalista, destinada a desvincular al individuo y a su núcleo familiar del proceso productivo que les es propio para garantizar la inserción de amplias capas de la población rural en el mundo laboral de la enajenante sociedad de consumo.


Este legado cultural indígena es contentivo de una rica dimensión material, que se expresa en la vinculación del individuo con su entorno natural. Desde esta práctica deviene la constitución del conuco como cuna protectora para la preservación de la semilla criolla, la producción de rubros alimenticios, la tecnología popular, la botánica curativa y la culinaria autóctona; conocimientos estos que impactan la vida económica, social, cultural y que garantizan la salud y la vida familiar y comunitaria.  


En torno a esta extraordinaria dimensión material, se desarrolla todo un contenido espiritual que ratifica y enriquece el sustrato cultural venezolano, expresado en el fortalecimiento de la visión cosmogónica de la sociedad rural; visión que se traduce en expresiones culturales y artísticas, tradiciones y expectativas compartidas de vida social, así como interpretaciones comunes sobre el pasado, el presente y el futuro, factores determinantes de nuestra identidad cultural.


Estos componentes hacen del conuco un espacio cultural comunitario, una escuela de transmisión de conocimientos que produce mundo simbólico y material, conformando una  cultura conuquera que unifica a la familia campesina, indígena y afrodescendiente  en torno a los valores de la solidaridad, la igualdad, el respeto a la naturaleza y el valor del trabajo productivo como factores determinantes para la construcción de una sociedad humanística basada en el respeto, la justicia y la dignificación del ser.


Siendo el manejo conspirativo de la cadena de producción y distribución del alimento el arma  utilizada por el capitalismo internacional y por sus aliados internos  para «torcer el brazo y arrodillar» al pueblo de Bolívar, son entonces nuestras formas ancestrales de producción, con sus modelos propios de intercambio (trueque) y distribución solidaria del alimento, los factores movilizadores de la conciencia y la esperanza colectiva  nacional.


La  actual lucha por la defensa de la independencia y la soberanía nacional nos revela a los conuqueros y conuqueras como libros vivientes, como custodios protectores de la semilla criolla y como auténticos portadores patrimoniales de saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales, contentivos de los valores éticos y morales de la resistencia cultural popular.


Una política cultural basada en estas premisas  nos permitirá  contribuir decisivamente en la construcción de la nueva hegemonía cultural, hegemonía de los valores socialistas, que convoque a amplios sectores de la población venezolana a concretar la gran premisa que reza: «Solo el pueblo salva al pueblo», y a garantizar la victoria del proyecto histórico de Bolívar y del Comandante Eterno Hugo Chávez Frías.


*Director General de la Oficina de Coordinación Territorial
Ministerio del Poder Popular para la Cultura.