HASTA EL 11 DE DICIEMBRE PERMANECERÁ ABIERTO EL EVENTO MÁS IMPORTANTE DE LAS ARTES VISUALES EN ESTA REGIÓN DEL PLANETA QUE AHORA NOS PRESENTA A 81 ARTISTAS DE 33 PAÍSES
Expresamente diseñado por Oscar Neimeyer para ser el recinto de la Bienal de São Paulo, Brasil, este septiembre el imponente Pabellón Ciccillo Matarazzo abrió sus puertas para recibir a la edición 32 de un evento que estuvo dedicado a reflexionar sobre las actuales condiciones de la vida y las estrategias ofrecidas por el arte contemporáneo para acoger o habitar la «Incerteza Viva». Está previsto que el cierre ocurra el 11 de diciembre de este año.
Fue en 1951 cuando el empresario y mecenas Francisco Matarazzo Sobrinho (1892-1977), más conocido como Ciccillo, se empeñó en fundar la Bienal de São Paulo tal vez porque ya entonces intuía que, con el paso de los años, el evento llegaría a ser el más importante de las artes visuales en esta región del planeta. De hecho hoy está considerado, incluso, uno de los tres principales del circuito artístico internacional, junto a la Bienal de Venecia (Italia) y la Documenta de Kassel (Alemania).
Sin embargo, la Bienal sufrió de cerca el golpe militar y la represión política. El rechazo de los artistas a la dictadura militar se hizo explícita en el Manifiesto Não à Bienal, firmado por destacados creadores en la décima edición (1969). Ese año la mayoría se negó a participar, suceso que pasó a la historia como la Bienal del Boicot.
Desde su génesis, la Bienal se precia de ser responsable de proyectar la obra de artistas internacionales desconocidos y por reflejar las tendencias que más inciden en el escenario artístico global. Por ejemplo, la segunda edición, en 1953, fue famosa por traer a Brasil la hasta entonces inédita Guernica, de Pablo Picasso. Y esa ha sido la regla, pues por sus salas han pasado desde los brasileños Cândido Portinari y Di Cavalcanti, el español René Magritte, hasta el argentino Victor Grippo. Asimismo han participado futuristas italianos y muralistas mexicanos. El importante evento también convocó a Max Bill, fundador de la Hochschulefür Gestaltung, principal responsable por la llegada del ideario del concretismo a América Latina.
En su momento, reivindicó además los ideales del movimiento antropofágico de «devoração crítica», que tanto marca hasta hoy día la cultura brasileña. De eso modo la Bienal de São Paulo devino en el principal espacio de arte contemporáneo de gran porte realizado fuera de los centros culturales europeos y norteamericanos.
Este año 2016, la 32 Bienal Internacional de Arte de São Paulo tiene curaduría de Jochen Volz. Con la temática-título Incerteza viva pretende explorar formas de vivir con lo desconocido en diversos tópicos como ecologías, cosmologías de inicios y finales, extinción, saberes colectivos, mitos evolutivos, prácticas vivas.
De acuerdo con las nuevas tendencias nos muestra que un trabajo de arte, más que un objeto o manifestación, representa una visión de mundo. El concepto curatorial en esta ocasión nos aproxima más a los procesos de producción y a los locales de creación que a las obras.
La 32 Bienal de São Paulo nos presenta a 81 artistas de 33 países (buena parte de ellos nacidos después de 1970 y en su mayoría mujeres), a través de instalaciones, performances, murales y arte multimedia, para hacernos preguntas sobre el calentamiento global, la extinción de especies, la pérdida de diversidad biológica y cultural, la inestabilidad económica y política, la injusticia en la distribución de recursos naturales y la migración global, que conforman entre otras grandes cuestiones nuestras incertidumbres en los tiempos de crisis que vivimos.